El día que toques a mi puerta

Ella era maestra, estaba acostumbrara a enseñar, el era comerciante, su labor era ganar, entonces el se gano su corazón, ella le enseño amar y juntos escribieron una historia. 
Se enamoraron en cuestión de segundos, siempre se habían visto pero nunca se habían mirado, su primer beso nació con una pregunta:
¿A que saben tus labios? pregunto el
 -no se- respondió ella, 
el dijo: averiguemoslo (besándola)
Junto al atardecer de Monterrico se besaron y al fin comprendieron que sus labios se pertenecían. En el pueblo se admiraban de su amor. El la esperaba a la salida de la escuela sin apresurarla sin molestarse por que su labor exigía tiempo. Ella lo acompañaba al banco y mientras todos hacían la tediosa cola del banco ella acariciaba su espalda con su mano.
En Monterrico todo transcurre mas despacio, por lo tanto se disfrutaban un segundo en varios minutos, eran los ochentas y el era un idealista, cuando corrió la voz que se estaba armando un ejercito insurgente  el quiso un  país mejor para sus hijos (los que había soñado con ella) así de simple, pero difícil se marcho del pueblo en un camión de idealistas empedernidos.
Ella al momento de llegar a la terminal de buses le rogó que no se fuera con un nudo en la garganta, el la beso y dijo: -hago esto por los dos- su corazón se desintegro lentamente mientras sus rodillas caían al suelo y su llanto traspaso la barrera metafísica.
Ella solía pasar por los manglares y recordaba la primera vez que conocieron su cuerpo, el en la selva soñaba sus ojos y los convertía en estrellas.

Pasaron años, el finalmente regreso a tierras de la plena república del amor perdido, la vio cruzar la calle, la alcanzo la tomo del hombro, su corazón latía como ferrocarril descarriado sus manos sudaban, pero sus ojos habían cambiado, ella se negó a perdonar, el se re-enamoro. El le dijo: -vamos- ella dijo: -no- . Entonces el se ahogo en el fondo de una botella por unas semanas pretendiendo olvidar lo inolvidable.

El pueblo estaba mas poblado y rara vez se encontraban, decidieron olvidarse. El conoció a una Rusa subversiva la cual se encariño  pero no amo. Un viernes ella lo vio pasar con la Rusa, tenia ganas de decirle que su mujer era la de muchos, que aun lo amaba que sus labios aun tenían su sabor, que se moría por abrazarlo, que deseaba con ansiedad que sus labios pronunciaran su nombre, que hubiera deseado que intentara un poco mas. Pero con los ojos aligramados acelero el paso y se esfumo con su deseo empaquetado.

El vio su espalda marcharse, y como instinto natural su mano soltó la de su pálida compañera y se reprimió  instantáneamente  -maldita necesidad de necesitar- pensaba cuando se hundía en los grandes ojos azules de la Rusa y de repente aparecía el recuerdo de su amor en las aguas azules de los manglares.
El tiempo paso pero el sentimiento fue irrevocable, ella conoció a un francés  se enamoro (por que una mujer si ama dos veces, pero nunca ama igual) se caso en una boda hermosa carente de magia, el la vio desde lejos, y su virilidad de hombre se esfumo cuando lloraba como niño que había perdido algo, sin ningún consuelo.

La rusa subversiva en todo, reto a la sociedad y nunca quiso contraer nupcias, no creía en el matrimonio y aparentemente tampoco en la fidelidad, pero el no podía evidenciar los claros errores de su compañera por que eso significaba quedarse solo y a su edad eso ya no era una opción.

¿como paso?
¿como se fue al olvido el amor?
¿como nos quedamos con los extranjeros del amor?
pudimos ser tan felices juntos y ahora forzamos la felicidad fingiéndonos enamorados.

Envejecieron. El se volvió escritor ella se fue a las Europas y así pasaron décadas.  En una librería de parís ella encuentra un libro olvidado "Monterrico amor de manglares" lee la primera hoja, se le quiebra la voz y sale presurosa de la librería.

Era un viernes, el escucha alguien tocar a la puerta la abre y encuentra esos ojos memorables envueltos en unos surcos de piel, es ella, su amor, su vida, su todo.
 -disculpe la intromisión y la tardanza a mi llegar, pero creo que sus poemas hablan de mi, si me equivoco discúlpeme-

el dijo: todo este tiempo escribí con la intención de decirte las cosas, sin decirte. Con la esperanza de que mis letras te alcanzaran-

-entonces son para mi- dijo ella

-no has entendido aun, que todo este tiempo te  he esperado-

ella dijo: -el amor no nos tuvo paciencia-

el: -he vivido sin ti parte de  mi vida, ahora solo quiero esperar la muerte tomados de la mano.-

(se abrazan con las uñas clavadas en la espalda para no dejarlo ir)

El se despierta abruptamente la Rusa yace a su lado, observa el techo de la habitación indignado y su cuerpo anciano hace un esfuerzo para levantarse y dirigirse al escritorio se sienta y escribe de titulo:
 "El día que toques a mi puerta"


Manglares Monterrico

(Si esperaba un final feliz, lamento decepcionarlo, las cosas no funcionan así de este lado del blog)

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