El Nacimiento de Libertad


Foto por: JC Lorenti


No fue amor a primera vista, eso en estos tiempos no existe, no se pretende amar si no se conoce, ella era una recién llegada al mundo de las montañas verdosas e imponentes arboles, regios y justos y también de ríos que atraviesan todo el territorio, la mayoría ríos  de sangre,  Ella estaba bajando del bus verde con rayas rojas que la había trasladado al altiplano guatemalteco, El era un citadino esperando la lucha, Ella una mujer esperando la aventura y es precisamente en este lugar “Los Encuentros” donde  sus ojos se encontraron, EL la vio primero, en su tierra en su verdes amaneceres una piel blanca desorientada y perdida bajándose de un bus del cual parecía perder el equilibrio, Ella lo vio a Él en un panorama verdoso, su piel cálida sus ojos negros sentada en un conjunto de canastos acoplados, se vieron por 5 segundos.
1. ¿?
2.  Ella
3. El
4. corazones acelerados
5. Se ven
A El lo llaman por su apodo, el voltea (se pierde la exhaustiva acto de encontrarse con un extraño hasta enamorarse), de pronto existía el mundo de nuevo, Ella era una Sarah con “H” una reportera Española que había escuchado de un amigo la situación del conflicto armado interno en Guatemala, con su afán de contar la historia jamás contada, se aventura con su salario de mesera europea a las tierras coloniales de Guatemala, precisamente a Chimaltenango que según había escuchado en las aldeas del alrededor existían insurgentes.
Él era un Tono, un estudiante de ingeniería que cursaba su ultimo año en la San Carlos, atraído por las ideas sociales se había aventurado ya hace 2 meses a las secciones olvidadas del altiplano guatemalteco, donde había convivido con el pueblo, con su gente de primera mano, se había enamorado del corazón humilde de la nación.
El destino o Dios o la Lucha o la Guerra los habían reunido en el mismo sector en el mismo lugar, en el mismo sitio del universo y así como pasa a diario, se vieron, se enamoraron y se olvidaron.
Pasaron los meses y Él ya no la recodaba, aunque en las noches de frió bajo las estrellas, en esas amargas lunas además de la lucha lo que lo hacía permanecer, era la idea de Ella, aunque ya la había olvidado, permanecía en El la idea efímera de una mujer que representaba la verdad.
En cambio Ella, como era de esperarse no lo había olvidado, recordaba esa tarde de neblina en los Encuentros, esa piel color miel, esos ojos negros profundos, su cabello negro encrespado, recordaba su vida, su alma, su mirada triste que apuntaba al suelo.
Como buena periodista no tenía el don de la palabra sino de la pregunta, con su sonrisa triangular y su voz de tenue y  sencilla, de pregunta en pregunta llego  al objetivo, ¿Quiénes son ellos? Y como siempre o casi siempre existen dos versiones de la historia, de los otros había escuchado que eran unos rebeldes, unos muertos de hambre, unos ladrones, violadores o insulsos, y de los de aquí, había escuchado que eran luchadores, valientes, inteligentes pero insurgentes. Por lo tanto los fue a buscar  con un mapa que un Viejo Ciego le había hecho, camino detrás de la parroquia justo después del aguacatal por dos horas, hasta llegar a la montaña y empezó a silbar, repentinamente sintió  un metal frió en su cuello, el cual no sabía que era, pero sospechaba y además temía.  Junto con una mano fría en el hombro lentamente la dirigieron hacia una pequeña fogata donde los troncos daban su último aliento de vida, -encontré a esta- dijo el hombre de voz fuerte, tirándola a la par de la fogata, para este entonces casi inexistente, Tono que estaba tirado leyendo  con la media luz de la fogata la reconoce, se levanta rápidamente y la ve postrada en el suelo, anteponiendo sus ideales antes que su corazón, le pregunta  –Que busca-  Ella responde con su característico acento español,  -Pues vale, soy una reportera, soy de Valladolid, vengo en busca de la verdad-  Todos se conservas enigmáticos ante su afirmación pero Tono ordena que la levanten y le dejen de apuntar, cuando ya están frente a frente Sarah con “H” lo ve y se percata que es el hombre de sus recuerdos, el empieza hablar caminando de un lado a otro, ella le observa hasta la sombra.

-Pues señorita usted tiene que entender que si busca la verdad vino muy lejos, posiblemente la verdad que usted busca, o sea, me refiero a la verdad que los medios buscan no la tenemos nosotros, si no los grandes cuarteles del ejército en las afueras de cada ciudad, pero le voy a decir una cosa, si usted busca la verdad de la verdad, vino al lugar indicado, pero eso sí, no le va a gustar, es probable que si la conoce sufrirá toda su vida, es por eso que  la verdad la liberara de todo aquello que conocía antes y encontraba como real. ¿Qué decide? ¿la toma?

Para este entonces ella al escucharlo ya había guardado de memoria sus palabras, habría perdido el frío y había encontrado una razón más de observarlo directamente. 

A esto ella solo respondió:
–Le sorprendería saber que la mayoría de verdades que he conocido me han traído hasta este lugar, al menos que usted sea un sueño, se ha empezado a convertir en realidad, no me despierte y dígame todo lo que es-

Esta respuesta tan poética llego al alma de todos los rebeldes, pues dentro de ese aparente cuerpo fuerte y rudo existe dentro de todo ser rebelde un alama de poeta.
Y por eso accedieron  a las preguntas, la llevaron a una carpa sucia y harapienta pero bastante acogedora y la verdad empezó a correr como agua de río a caudaloso, eran las 3 de la mañana y aun no quería amanecer, cada vez las preguntas se hacían más interesantes, cada vez las respuestas se hacían más largas, entre más hablara Tono, más preguntaba Sarah.
Todos los hombres se habían quedado dormidos ya, solo ellos dos se conservaron al sabor de la mañana.
-Una última pregunta- dijo Ella -¿Cuál es su nombre?-,  - No tengo- dijo El, ella soltó una pequeña carcajada y ahí fue donde de repente su corazón se vulnerabilizo ante esa sonrisa, estaba enamorado.

Después de esto la vida se hizo un instante, siguieron hablando, pero ahora era diferente ya no se hacían preguntas, solo se daban afirmaciones, el día amenazaba con aparecer, ya se divisaba el sol tras  la montaña y la fogata ya no producía calor. Él le dijo –Sarah quiere conocer que lo más bello de mi país, aunque ustedes tengan el suyo, el mío es mejor- Él solicito su  mano y Ella lo siguió como el olor dulce de una mujer que se impregna en un abrazo.
Se sentaron en una loma, el suelo tenían pasto seco y amarillento, todo con olor a tierra mojada, Ella descubrió que Él tan solo tenía 23 años,  pero que la vida lo había enseñado a tener 50, Él descubrió que Ella tenía 25 pero la vida le había enseñado a sonreír como de 15.

Justo antes de que apareciera la luz del sol, El no dijo nada, Ella dijo- tengo frió-  y como disparador del contacto físico El,  la abrazo, Ella entendió la función sistemática de sus actos y entonces dijo; -tengo más frío-, El entendió y fue precisamente en ese momento donde sus labios recorrieron el contorno de sus ojos y los dos extendieron el cuello para quitarse el frío.

El sol marcaba las 6 de la mañana, Él le dijo que regresara a su pensión, pues si regresaba más tarde la podían seguir y su refugio en las montañas quedaría expuesto, los dos se levantaron rápido y quedaron frente a frente Ella se puso de puntillas y le dio el último beso dándose rápidamente la vuelta para correr antes de que el sol la alcanzara, Él  la vio cómo se iba en el alba y aflojo su cuerpo, sonrió tocando el arma que colgaba de su pecho, y dijo: -adiós Sarah-.

Él no sabía cuándo iba  Ella a regresar  y  como no podía esperar que el mundo cambiara sin su ayuda, con esa innata desesperación, al la siguiente semana la sorprendió en su ventana, Ella emocionada lo dejo entrar, no se dijeron nada, ya habían hablado antes, dejaron de ser rebelde y periodista, se convirtieron en dos muchachos descubriendo la virtud del cuerpo, en el apresurado acto de amarse Ella soltó unas lágrimas y Él se guardó en sus manos el recuerdo de su cuerpo.

Antes de que amaneciera Él se tuvo que ir, no sin antes despedirse con un beso y un abrazo que en sus manos guarda ternura y respeto, Ella pregunto: -¿Cuando vais a volver?-  
Él le respondió -no lo sé, en la lucha nunca se sabe, pero si tengo que huir o morir, espero que sepas que ni mi país, ni tus besos abre olvidado.-

Pasaron dos semanas cuando Ella ya había planeado aventurarse a las montañas para encontrarlo de nuevo, antes que anochecerá se escucho un tumulto en el pueblo, las mujeres gritaban los niños corrían llorando, todos tomaron sus cosas y huyeron a las montañas, Ella tomo a dos niños que lloraban en una esquina y corrió con todos hacia las montañas, pasaron una noche escondidos y con frío y desde lejos se miraba el pueblo en llamas, congelados y con solo la luz plateada que brillaba en las hojas verdes, transcurría la noche, a lo lejos se escuchaban lamentos  y tristezas mujeres sollozando, niños gritando, en la madrugada todo fue quedando en silencio, solo unos cuantos suspiros alertaba la existencia de personas acostadas en los matorrales, cuando despertó ya eran las 7 de la mañana y desde lejos el pueblo dejo de existir, una mancha negra y la estructura de la iglesia quedaba, nada más, junto con algunos hombres valientes Sarah decidió bajar al pueblo y en el camino  los hombres lloraban por sus hijos o hijas que no habían encontrado esa noche.
Cuando estaban a unos pocos metros del pueblo, los hombres empezaron a caminar más lento, arrastraban sus pies y sus manos, se las colocaban en sus caras para no llorar, se tocaban el pecho y se lamentaban, algunos ni llegaron al pueblo, se quedaron hincados en medio del camino, levantando sus manos como reprochando.

Su curiosidad de periodista la hizo dar unos pasos más alla, encontró a uno de los rebeldes que noches atrás había conocido, 

-¿Que ha sucedido aquí?-  le pregunto, 
-nos encontraron-  dijo  -la política del pez señorita, mataron el agua para ahogar el pez- 
-¿Y Tono?-  pregunto ella, 
EL se fue una noche hace dos semanas antes de esto, vino al pueblo y lo encontraron, lo enterramos en la loma de la salida del sol, se quito la vida antes de que lo torturaran.- 

Sarah sintió como su corazón se desprendía de sus entrañas, cayo desplomada en el suelo,  pego gritos que venían de su estomago, se tocaba el cuello y las lagrimas fueron tantas que hicieron surcos en sus mejías, junto con algunos hombres que lloraban con amargura mientras sus rostros se deformaban, entendió que está ahora era su lucha.

......

5 meses había trascurrido,  su historia iba a ser publicada en un diario de España, el párrafo final decía:

Ahora entiendo que la vida es más que la vida y que la muerte es solo una etapa, Él se fue pero muchos se quedan, sé que no estoy sola en 4 meses conozco a Libertad, nacerá en Guatemala.






De Diciembre a la Historia

Llama mi atención que el pasaje de la Sexta Avenida se ha hecho muy popular en estas fiestas, las decoraciones navideñas y el ambiente de ambigüedad que se le da, nos invita a caminar por sus calles y transportarnos a un ambiente navideño de ciudad.
 Mi constante regreso al pasado hace que mi mente se mantenga en un ir y venir de tiempos y espacios y a la rueda de mi bicicleta voy regresando en el tiempo. Aunque la Sexta Avenida nos evoca a una Guatemala de antaño, pocas veces hemos caminado por ahí pensando que la Sexta no fue su nombre de cabecera, conforme voy avanzando desde El Palacio de la Policía, pienso en su primer nombre La Calle Real, pues esta tenía una conexión inmediata con el Plació Real en 1851,   esta cambia de nuevo su nombre a Avenida 30 de Junio nombre que se le da en honor al acenso del gobierno liberal Justo Rufino Barrios en 1871, presidente  que también vivió en esta calle, por un momento me toca frenar y observo el concreto del lugar y recuerdo que la Avenida 30 de Junio y su empedramiento fue construido por indígenas de Jocotenango, así como también El Palacio Nacional.
 Hasta aquí  con 4 cuadras de camino en mi bicicleta ya recorrimos un gran tramo de la historia, sobre mí se ubica el imponente color crema edificio La Perla y aunque para muchos pase desapercibido es importante recordar que desde sus inicios esta fue una casa de comercio pues antes de su existencia funcionaba la Real Aduana y luego de esta funciono  la Pensión Asturias el único hotel de lujo que existía en este tiempo en Guatemala y en el que seguramente se cerraron  tratos comerciales y políticos.

En 1919 inicio su construcción el edificio como lo conocemos ahora y se le llamo la Perla puesto que dentro de sus instalaciones funcionaba una joyería del mismo nombre. No quiero terminar mi recorrido en bicicleta sin olvidar los innumerables acontecimientos que la Sexta Avenida vivió, como; las huelgas de dolores, la muerte de mártires como Oliverio Castañeda y María Chinchilla, los desfiles de independencia, así también los dejo con la idea que la próxima vez que recorramos la Sexta Avenida dejemos de lado las ideas consumidoras y comerciales de la época, para hacer el miso recorrido, pero esta vez por la historia de nuestro país.





Fotografía por: Adriana López 

La Idea de Octubre

Dicen que el corazón de los revolucionarios late más fuerte en octubre, y es justo en estas fechas cuando en un viaje al centro cívico en mi bicicleta, empiezo a recordar aquella época de oro.

La gloriosa entrada del triunvirato el 21 de octubre del 44 por las puertas de La Guardia de Honor, la fotografía del tanque apuntando hacia el Palacio Nacional, las fotografías juegan relatos en sepia en mi mente y de repente empiezo a recordar en blanco y negro, como si hubiera estado ahí.

Y para salirme de esquemas políticos, sociales, ideológicos y económicos quiero regresar al “pre”; qué paso antes de la historia de la revolución, cuál fue el detonante de dicha lucha.

Muchos pudiéramos decir que la Muerte de María Chinchilla el 22 de junio de 1944, otros tal vez hablarían de la Ley de Vialidad o tal vez, se lo atribuiríamos a las constantes reprensiones del gobierno Ubiquista y así como estas podremos nombrar muchos acontecimientos que la historia describiría como “detonantes de la revolución”.

Pero hoy quiero traer a la memoria algo mucho más profundo: las ideas. La fuerza y valor de una idea tan profunda que es capaz de corromper hasta el tuétano de nuestros huesos. “Primero las Ideas, después los cañones” recuerdo haber escuchado esa frase en mi clase de Historia y es ahora donde toma más importancia, pues si bien la historia nos cuenta de las grandes revoluciones, la idea es la concatenación de sus actos. Si bien los gobiernos revolucionarios transformaron la sociedad guatemalteca en muchos sentidos, fue la IDEA la que los transformo a ellos en primera instancia, una idea que tomó, transformó y modificó la visión de la Guatemala de entonces.

Seamos capaces de transformar hoy a Guatemala en base a una idea, una revolución de la conciencia, entendiendo por fin que la Guatemala que hoy conocemos puede ser diferente, modificar la sociedad actual no es tarea fácil, pero si partimos de la premisa que lo único que necesitamos es una idea ya empezamos el camino.

He llegado al final de mi travesía por el centro histórico en bicicleta, Paro justo frente al Palacio Nacional y digo en voz alta
-Este 20 de octubre tengamos una idea.-



Un cambio social real nunca ha sido llevado a cabo sin una revolución….
Revolución no es sino el pensamiento llevado a la acción.

Emma Goldman





Limítrofe

Después que me dijeron que te habías ido
te salí a buscar
fui a todos lados a ninguno también

recorrí cada calle, cada avenida, no te encontraba
en la mañana no veía tu rostro y por las noches no escuchaba tu voz.

me rehusó a la idea de la no existencia, 
por otro lugar, por otro lado, por otro sitio
en el que aun no he buscado, ahí estas.

ya pasaron lo días
las semanas
ya va un meses

Todos avanzan y yo aferrando me a ti desgarro tu muñeca para no soltar tu recuerdo

fuiste todo, eres todo, sos siempre

ya me dijeron que pare de buscar
imposible

cada calle, cada carretera, cada esquina la conquisto en tu nombre
y cada noche cuando la luz apenas destella a la orilla de la carretera

lloro

lloro una vez o tal vez son tres

¿como te encuentro? ¿a donde te fuiste? ¿escuchas mi vos? 
mi llanto que ya es himno de tu recuerdo no se cansa de extrañarte.

como se encuentra lo que dejo existir
¿como se busca en un recuerdo?
¿como se cura el corazón de tu vació?

aun no se.

pero voy a seguir

extrañándote
necesitándote
buscándote

es mentiroso aquel que dijo que el tiempo cura todo
cada día que pasa encuentro mas formas de extrañarte

mi necesidad de ti, trasciende esta vida
no te vayas o yo llego

la esperanza de encontrarte, mantiene mi deseo de buscarte



y entendí por fin porque no llegaba a casa nunca.
mi casa eras tu.












La Verdadera Independencia

Es un día de celebración y orgullo nacional reciclable, pues recordamos hoy con orgullo y ondeamos la bandera, para después guardarla para el otro 15 de septiembre que, cansado de ser olvidado, volvemos a recordar.

¿Pero que realmente celebramos el 15 de septiembre? ¿Una independencia política, religiosa o económica? ¿Acaso celebramos una independencia territorial o finalmente liberarnos de una opresión española?

Hoy estoy afuera del palacio nacional, esperando que alguien se detenga y se haga en realidad estas peguntas; un ambiente de euforia, emoción y alegría se respira por todo el lugar. Música por todos lados, la gente celebra, chocan los vasos de cerveza, baila, llevan la playera de la selección, ondean las banderas de Guatemala, el palacio imponente con una belleza majestuosa se ve iluminado, y  alrededor de la fuente miles de personas esperan poder gritar por fin “Viva Guatemala”.

La noche va cayendo y en su virtud de tinieblas, se va ocultando también la verdad.

Esta independencia ficticia que todos celebran, esta independencia protocolaria que todos esperan se ha hecho tan enfática que se ha olvidado la verdad.

¿Y si partimos del hecho de que la verdad libera?
Somos todos unos prisioneros.

Quiero regresar a 1820, y probablemente es una fecha que no consideramos importante, y mucho menos celebraremos; es el primer pueblo de todo el territorio Guatemalteco que se declara independiente, este derroca el poder español e impulsa durante gloriosos 20 días un gobierno propio conocido como el Reino de Guatemala. El pueblo de Totonicapán se levantó con garra y fuerza para enfrentar a un país entero. Dirigidos por Atanasio Tzul se declaran libres de toda atadura económica, social y política. Que orgullo Guatemala! Los primeros libertadores: un pueblo indígena, una pasión incansable, aunque su facultad de héroes sea ignorada por el terrible hábito de olvidar, hoy los quiero recordar.

El 15 de septiembre de 1821 empiezan los fuegos artificiales, la multitud se vuelve loca, todos celebran esta independencia fugaz pues solo dura un año, ya que en 1822 nos convertimos de nuevo en prisioneros por necesidad.

 Después nos unimos a México ¿Dónde quedo esa independencia que tanto anhelábamos? Donde estaba aquello por lo que luchamos, donde quedo el supuesto grito de Doña María Dolores Bedoya, seguramente  avergonzado en una esquina del salón.

Consideraría que ya era tiempo de una verdadera independencia.

Sabíamos que teníamos alas, pero no sabíamos volar.

 En 1823 seguimos sin ser Guatemala, ya tenemos nombre pero no identidad, nos levantamos bajo el nombre de Las Provincias Unidas de Centro América y surgen las guerras civiles, aun oprimidos por gusto y por sugerencia Guatemala encuentra en Rafael Carrera un alternativa de liberación, este apoyado por los campesinos inicia una exitosa campaña y vence así a Morazán, dirigente de Las Provincias Unidas de Centro América
Y desde ese 1821 tan aclamado y que hoy veo que todos celebran, yo mejor recuerdo un poco más el año de 1847 que después de 27 años finalmente Guatemala es declarada formalmente como una república soberana e independiente.

Y es entonces cuando en medio de la algarabía de las banderas patrias, de los gritos, los pitos, la bulla, los tambores, las bandas, las marchas, me pregunto…

¿Qué celebran?

Me llena un increíble vacío en el corazón, me encuentro estática en medio de tanto, Guatemala está nadando en un mar de ignorancia, Guatemala ¿Cuándo fue tu verdadera independencia?

Así mismo me pregunto ¿qué habría que celebrar?

Nadie ama algo con certeza, hasta que lo conoce bien,
Y hoy me declaro independiente de la ignorancia hacia la historia de mi país, porque la amo, la conozco como quien con añoranza recuerda cada parte del pasado.

Con tristeza recorro una vez más la plaza central, observando a su gente, a su pueblo, hoy no participaré de la celebración, pero confió que un día este país entenderá el infinito arte de conocer lo que se ama.

Guatemala no mueras sin recordar.



Sobre Exposición

Se basaba en su lente, a eso se dedicaba, veía al mundo entero a través de una unión de lentes magnificados, veía al mundo por segmentos, por capsulas de tiempo estático.
Caminaba por las calles con esa máquina del tiempo en las manos, prejuicioso, con la mano izquierda en la bolsa, y la otra en el botón de clic, eran raras las cosas que captaba su atención y cuando lo hacía sacaba de inmediato la mano de su bolsa y al compás de sus ojos iniciaba a disparar flashes a quemarropa.

Él vivía de los ayeres, vivida de congelar el tiempo, de sonrisa y lágrimas, de contar historias sin decir una sola palabra, sus fotos eran un pedazo de tiempo con lujo de sentimientos, una lagrima antes de posarse en la mejía una sonrisa antes de perder su timidez.

Y por supuesto hizo de su trabajo el amor de su vida, su mundo, se enamoraba a diario de sus clics, de su sobre exposición, de llevar en la memoria de su cámara un poquito del mundo.
Las noches como hoy salía a buscar el cielo, a posarse en lo alto de las nubes, buscaban una ciudad callada, con suspiros secretos, lágrimas y pecados silenciosos, sospechaba que las fotografías a esas horas de la madrugada captaban gritos y silencios entre la luz.

Desde lo alto diviso a una mujer de rojo y conforme se movía pareciera una luz embarrando la ciudad, agitándose por las calles oscuras, una luz que lentamente se convertía en fuego, que con movimientos diagonales armaba un espiral de rallas luminosas, y se enamoró de la imagen, en ese momento sintió una necesidad de alcanzarla con un clic, de poseerla de guardar un pedazo de ella con él, así que de un cuarto nivel bajo presuroso y extasiado por las gradas, en el último escalón, tropieza, pero casi inmediatamente se vuelve a levantar, esta agitado, pero con la cámara en la mano, sus ojos la buscan, sus manos tiemblan.

La necesita
Se apresura a la esquina que ella cruzo, entra a un pequeño bar de puerta roja y la busca aunque le ha bajado a sus movimientos corporales, su corazón aún sigue palpitando, se toca el pecho como con necesidad de calmarse y de nuevo inicia su búsqueda, observa sobre la cabeza de todos, se estira para encontrarla empieza a sudar, se toca la frente, se para sobre una rejilla a la orilla del bar, está apunto de rendirse, decepcionado de sí mismo y con la angustia en la garganta ordena algo de beber, enciende su cámara y observa su última foto, ese vestido rojo que atraviesa la ciudad como fuego, tenía cabello negro y largo que hasta parecía parte de la noche, justo cuando levanta la mirada de su cámara, la ve ahí estática sonriendo y por causalidad o juego la música del bar calla.

Él se acerca como en cámara lenta se elabora una secuencia de fotografías, en su mente ya encontró el foco, la luz, el marco.
La cámara cuelga de su cuello pero la sostiene con una mano, trata de llegar hasta ella aunque es casi imposible, después de luchar contra la aglomeración se encuentra frente a frente, no sabe que decir, la ve sonrojada su piel blanca, su cabello negro, su vestido rojo, junto a las luces del lugar hacen la fotografía perfecta un contraste ideal.
Los dos extraños se encuentran frente a frente sin decir nada
Ella le sonríe
El levanta su cámara y hace el primer clic, el segundo, el tercero y hasta el cuarto.
Ella se encuentra incomoda o aturdida, inclina la cabeza y con un movimiento de su brazo coloca delicada y lentamente su mano sobre la mano de el
El no resiste, baja la cámara y con un movimiento acelerado la toma de la cintura y la besa.

EL Beso:
Detuvo el tiempo, se dan una exposición de miles de partículas de color al mismo tiempo, un flash instantáneo los nubla y se escucha en el fondo el inicio de una canción, ya son otros, se empiezan a pertenecer, y lo peor de esta situación no es besarse si no dejar de hacerlo.

Son segundos que tienen horas de sentimientos, de pasión
Se sueltan, ella aun lo tiene de la mano, El la suelta lentamente y vuelve a tomar la cámara, la mira por última vez y sin decir una sola palabra se desliza por toda la orilla de la barra para salir del lugar.

Tiene paz

No sonríe

No demuestra ninguna emoción esta anonadado inescrupuloso

Confundido

Con fuerza sostiene su cámara y camina por la ciudad a paso lento, su ritmo cardíaco vuelve a la normalidad, sus pies se hacen pesados, su camino cada vez más oscuro, llega a su edificio, sube al elevador sus hombros se sienten cansados no piensa en nada
No siente nada

Llega a la terraza se sienta a la orilla del balcón
Respira por 3 segundos y observa otra vez la noche, aparentemente silenciosa
Toma la cámara para observar la foto, de pronto su rostro cambia, se suaviza su mandíbula y sonríe por un lado, se toca la cabeza con la mano izquierda y suelta un suspiro, se muerde el labio y ve de nuevo ve a la ciudad, no lo podía creer, lo invade un sentimiento de satisfacción e incertidumbre, siente el viento de la madrugada sobre sus mejías se lleva las manos a la boca como si quisiera impedir decir algo, pero aun con esa sonrisa suave en sus labios, observa de nuevo todas las fotos  y su orgullo se derrite ante tal hallazgo aquel gran fotógrafo no es nadie, su cámara no es nada, ante una foto fuera de foco, desenfocada, apenas y se notaba su cabello y el vestido se opacaba su rostro a pesar de que el la recodaba estática salía movida.

Aquel gran fotógrafo se convertía en nada ante su encuentro con el amor
Coloco ambas manos sobre su cámara dijo:


La tengo que volver a ver.


Foto por: Pauli Catalán

La Frontera sin Coyote

Aquí las cosas no van bien, es mas siempre van peor, la carga de la vida cada vez es más pesada, me duelen tanto los hombros que ya se cansaron de sangrar y lloro porque aunque no puedo alimentar mi cuerpo, puedo alimentar mi alma.

Nunca tuve sueños o ideas para el futuro, solo sabía que tenía que despertar  y que mi misión ese día era sobrevivir, procurábamos por todos los medios  alimentarnos, uno deja de ser selectivo, y come de todo, algunos pensarían que vivir la vida entera de este modo ya me hubiera acostumbrado, que no conocer una comida caliente toda mi vida, no la extrañaría, pero usted no me puede ocultar las realidades ajenas, niños que pasan en los autos que limpio, niños bien vestidos, niños limpios, los veo con añoranza, ¿que se sentirá? Por las ventanas de los restaurantes están ustedes y no se dan cuenta de mí, nadie les dijo alguna vez, que es de mala educación comer frete al hambriento.

A veces de noche, cuando deambulo por las calles y me enfrento a la crudeza de la vida, me pregunto ¿Por qué yo? De toda la gente que vive en estas grandes casas, porque yo tuve que nacer aquí, ¿estaré pagando los pecados de mis padres? ¿Dios me estará castigando? ¿Dios? ¿Qué es Dios? Yo no sé quién es, y créanme que una vez escuche que el alimento a mucha gente, tal vez por eso me gustaría conocerlo, pero qué más da, es difícil creer en eso cuando uno tiene hambre, es difícil creer en todo cuando uno muere de hambre.

Esta enfermedad tan maldita que se cura con la bondad de la gente, a mí nadie me ha dado medicina, mis papas hace mucho tiempo que desaparecieron, dicen que mi mama era prostituta, y mi papa es marero, que asco me doy, soy lo que la gente llama escoria de la sociedad, ya no me siento mi propia hediondez, aquí se vinieron todos a vivir, pues yo me vine detrás, de todos modos, no soy de nadie, no pertenezco a nadie.

No tengo nombre

Conforme fui creciendo le aprendí  la maña a la vida, hoy a mis 13 años verdaderamente he aprendido a vivir, hacer negocios aquí, allá, es fácil robar eso ni que se diga, lo realmente difícil es vivir con el remordimiento y aunque mi abuela es lo único que tengo, ya me di cuenta que se le notan los años, su trabajo ya no cuenta y si antes nos alcanzaba para frijol, ahora ya ni el caldo.

¿Dígame qué hago?

No sé leer, no sé escribir  y no porque no quisiera, pero dígame usted que prefiere, morirse de hambre o morirse de idiota.

Hay rumores de que la vida es más fácil al cruzar la frontera, vinieron unos gringos el otro día a hablarnos de su Dios, ese que les da educación y comida a todos por igual, el de la bandera rojo con azul, sería bueno estar ahí, ¿Por qué no nacimos ahí? O mejor aún ¿Por qué nos convertimos en esto? Miseria por todos lados, aquí apesta, siempre tengo frio, siempre tengo hambre.

-Yo me voy- le dije a mi abuela un día, ándate me dijo, mejor así antes de que me mires morir.
En un bolsón metí la poca ropa percudida que tenía, y a la suerte del burro pobre, me aventure a México, tal vez no tenía mucho dinero, pero la astucia callejera me ayudo a llegar, colgado de camiones, agarrado de palanganas, así lo hacemos nosotros, el chiste es que ya tenía a donde ir.
Las fronteras son un chiste, una burla de la humanidad una separación idiota, como si no fuéramos todos de la misma especie, como que si los unos le hicieran mal a los otros, nos separan como en corrales para no mezclarnos y lo triste es ver que todos somos tan iguales.

Yo me valgo del rumor para sobrevivir, y por ahí decían que para ir al otro lado había que pagar un dineral, pero yo vivo de la esperanza (y esa no vale nada), así que averigüe el camino y me aventure solo.

Empecé a caminar en el desierto, en el camino me encontré a otros patojos, ellos huían de otras cosas, pero teníamos algo en común, a todos nos perseguían, la miseria, la desolación, la pobreza, la discriminación, la falta de educación, la soledad.

Que irónica la vida, salimos de un desierto para entrar a otro, en el que estábamos todos hablaban de nosotros, pero nadie hacia nada por nosotros, en el que estamos a punto de entrar, nadie sabe de nosotros, ni queremos que sepan, me recordé cuando llego el candidato político a nuestra colonia, lo quería ver de cerca, me acerque lo más que pude, aunque me empujaron, ofreció muchas cosas por nuestro voto, si fuera más inteligente hubiera entendido que nosotros los marginados ni votamos.
Mis pies están comenzado a resentirse, y el de los demás niños también, cuando paso la mano por mi rostro noto una capa tiesa de arena, el calor es intenso y encontramos un árbol, a lo lejos se aparecen dos hombres, yo sabía que eso no era bueno (me congele) visten de negro o por lómenos así lo recuerdo y agarran a las patojas, yo no hice nada, uno se vuelve así apático, nulo, sin intereses, cuando uno crece como yo, le da miedo sentir y no siente  y si a pesar de esto siente que no hice nada, y que por eso soy malo, deje me decirle, usted, que no hace nada, pero es culpable de todo, usted si es malo.
Una patoja no logro aguantar, la otra si, la dejamos, como recuerdo, ahí está su pecado, ojala que más de alguno encuentre sus huesos y sienta piedad por ella, o mejor aún que sienta remordimiento, eso si necesita el mundo en estos días que la gente se sienta culpable. Tanto pecador sin culpas es lo que hace la impunidad. (MALDITOS)

Llegamos al rio, ese que hay que cruzar, nunca antes había visto yo un montón de agua junta, no sé qué es nadar, tengo miedo, esperamos que todo se oscurezca y de repente noto algo que tal vez nunca había visto, el reflejo de la luna sobre el agua, está flotando y se mueve, algo nos quiere decir, me da paz.
Empezamos a cruzar y siento el agua fría inmediatamente se congela mi nariz, el agua me empieza a llegar al pecho y apenas voy a la mitad del rio, tengo miedo y estoy llorando, estoy temblando, quiero vomitar, uno puede pensar que ya es un hombre a los 13 años, pero la situación me hace sentir como un bebe de nuevo, indefenso. Ya no siento nada debajo de mis pies, el agua ya paso mi rostro, trato de mantenerme a flote, pero la corriente es muy fuerte, de repente ya no veo nada, todo está muy oscuro, no veo ni siento nada, (¿Así será la muerte?) no puedo gritar ni pedir ayuda, agito mis brazos y mis pies, algo me está arrastrando, (es la muerte) no se supone que terminaría así, ¿me voy a rendir? Y entonces dejo de moverme, soy un cuerpo sin vida, soy menos que nada, soy aire flotando en ese rio color carbón.




……………….


….


Me despierta una sed inmensa, empiezo abrir los ojos, pareciera que los tengo pegados, el sol pega en el rostro con fuerza, hasta se siente como si me diera bofetadas, estoy seco no sé qué paso, tengo más hambre de la que estoy acostumbrado, alguien grito, -aquí hay uno- intento levantarme y correr pero mis piernas desmayan y vuelvo a caer, uno de ellos me toma del cuello me dice –tranquilo mijo- me inclina para beber agua, estoy sorprendido, me pregunta mi nombre y me da algo de comer, tiene botas y sombrero, después llega una mujer ya de edad avanzada, me da ropa limpia y me coloca unos zapatos.

¿Quiénes son?

¿Por qué hacen esto?

Nunca en mi vida había experimentado la bondad humana como hoy y en estos 13 años de mi existencia hoy entiendo que es querer empiezo a llorar desconsoladamente y abraso al señor, el me abraza y llora conmigo, después de una charla larga en su carro, me dan la opción de regresarme o seguir mi camino. (Decido seguir) pienso que si regreso seria suicidio, pero si sigo mi camino, tal vez moriría pero buscando la vida.

Entonces me dan una mochila con alimento, botellas de agua, la señora besa mi frente y continuo mi camino con otros tres adultos que también habían pasado por la misma suerte de encontrarse a estas personas, el desierto es más pesado, hay más arbustos con espinas que pasan raspando mis tobillos, el sol no deja de abofetearnos, noto en el rostro de los demás manchas rojas, algunas con sangre, (son ampollas) probablemente yo también tenga, pero hace años no me veo en el espejo, ya ni recuerdo como soy.

Esta oscureciendo y es mi 4to día aquí, a lo lejos vemos las patrullas fronterizas, o “la migra” nos escondemos en una loma y desde lejos miramos como agarran a unos sin suerte y los golpean para que se reúsen a huir, ¿quién los mando a odiarnos? ¿Quién les paga por hacernos daño? De repente vemos como las luces de la patrulla nos alumbran, todos salen corriendo y tres patrullas nos persiguen, corro lo más que puedo, siento como mis rodillas se desprenden de mi piel porque utilizo cada gramo de energía en huir, me escodo en unos matorrales esperando que otro haya sido más lento que yo, ahí espero que amanezca, la noche es tan fría, que me orino encima solo para sentir un poco de calor, soy un asco pero ya llegara el tiempo de limpiarme, ahora para mí eso es un lujo.

Con el alaba de la madrugada empiezo de nuevo a caminar, estoy débil, no tengo fuerzas, ahora también tengo sueño y una fiebre que hace que mis ojos quieran salir de mi cuerpo, tal vez estoy enfermo, mi piel esta seca y empieza a descascararse, mis labios parecen hojas secas, ¿Qué estaré pagando? Voy a seguir, no me detendré, finalmente caigo desplomado en el suelo del desierto, mi corazón late muy rápido, tengo mucha sed, me cuesta respirar.

Me voy.

Dicen que mi cuerpo lo encontraron cerca de un árbol, en la morgue dijeron que fue deshidratación, yo los corregiría, yo diría que fue el mundo, que fue el gobierno, que fue la miseria que fue la necesidad.  No fue tan malo morir, fue peor morir en soledad, nadie reclamo mi cuerpo, no les intereso, mi edad causa polémica, en mi país, y en el otro país también nunca logre entrar a un país donde las cosas podían mejorar, tampoco logre salir de donde el mismo país me podía matar, no culpo a nadie, los culpo a todos en general, me enterraron en Cementerio La Piedad en McAllen, TX en el país de la oportunidad.


Es lección de vida, mi vida, América es muerte, pero Guatemala asesina.

Foto por: Carlos Hernandez Ovalle

Huyamos del Mundo

Cuando la vida se acerca un poco a la muerte es por tendencia que se reconoce la vida, y quiero encontrarme lejos, donde ni la vida ni la muerte me encuentren, quiero hacer un viaje en vida, sacarle kilometraje a la memoria, quitarme mi suelo firme, convertirme en vagabunda del camino, quiero ir a buscar no sé qué, en no sé dónde y no sé cuándo. (Pero quiero ir)


Solo tengo que ir, solo tengo que salir, nada me detiene, he comprendido que no puedo con esto, tengo que huir, abrirle una ventana al mundo, una puerta, salir corriendo descalza hasta donde pueda llegar, alejarme de todo, de todos, creer de nuevo, recuperarme, recuperar mis letras, mis lágrimas, mis gritos, mi voz. (Las voy a ir a buscar)
Porque hasta ahora había estado dormida.

Lugar 1. Son las 5 de la mañana y hay que apresurarnos, pues el sol se está poniendo, y no nos puede alcanzar, llegamos al mirador, todo está vacío y justo antes de que se ponga el sol hay que gritar lo más que se pueda, solo para recordar que no importa que tan grande sea tu dolor, siempre vuelve a salir el sol.

Hay que disfrutar el camino, la soledad de él, enamorarse de  las líneas amarillas interminables, de los árboles de la ruta que se hacen pinceladas de verde  y café por la velocidad del camino, hay que disfrutar el paisaje, de las imponente montañas, sentirse nada y sentirse todo al mismo tiempo, relajar un brazo, sacarlo por la ventana, descubrir como el clima va cambiando, como a veces el cielo se acerca.

Lugar 2. Llegamos a Iximche la ciudad del postclásico maya, donde una vez se extermino a una población completa de kakchikeles y justo por eso tomar un tiempo antes de entrar y pensar, que aunque el mundo enseña que somos mortales, hay algo de inmortalidad en esto, en esto de dejar huella, un lugar, una señal, conforme vamos entrando hay que recorrer todo, son las 12 del mediodía, y el sol está a todo, así que hay que empezar a correr, montículo tras montículo, pirámide tras pirámide, con velocidad, como si alguien nos estuviera pisando los talones, hasta llegar al final, cuando ya no tengas aire, cuando estés tan cansado que no aguantes más, al final llegas a un área boscosa donde se encuentra un precipicio, te das cuenta que a pesar de todo lo que corriste, no te has bajado de la montaña, y que hay cosas que no se pueden lograr por lo rápido que vas en la vida, sino  que solo son posibles sabiendo donde estas parado.


De regreso caminaremos con lo que las piernas aguante, pero no sin antes conocer a la señora que está al frente del parque, vendiendo libros, por 1 quetzal te dice tu nahual,  hay que entablar una conversación con ella, anticiparnos y darle la gracias, por permanecer, por seguir, por prevalecer en este mundo, donde su pueblo fue asesinado.

Seguimos en el camino, vamos al mercado de Tecpan, pide comida y escucha en silencio, las conversaciones de otros, el mundo tiene mucho que decir, hay que callar de vez en cuando.

Lugar 3. El camino es largo, lleno de vueltas, a veces hay que rebasar, tomando riesgos es que se logra vivir o morir, en este camino el cielo se va sintiendo cada vez más cerca, más preciso, estas a punto de llegar, son las 6 de la tarde y el mirador del lago de Panajachel brilla en todo su esplendo, hasta parece que el cielo ha bajado a saludar, hay que esperar ahí hasta que oscurezca totalmente y darte cuenta que aunque todo se ha tornado oscuro, eso no significa que el lago ha perdido su belleza, entiende que la vida es eso, apreciar la belleza en medio de la oscuridad.


Duerme no sin antes ver el reflejo de la luna sobre el lago, que a pesar que jamás se tocaran, se piensan, se besan en las noches.

(Un amor no deja de existir solo porque es imposible)

Lugar 4. No queda tan lejos, pero tiene su historia, Xela una ciudad plateada, tan bella que la luna la hizo suya, te hospedas en el hotel justo a la par del parque, sales a las 9 de la noche y nos dirigimos al Pasaje Enriquez, hablan hasta que amanezca, no dejes nada sin decir, dilo todo, no cuentes los segundos en silencio, di lo que nunca pensaste decir, siéntate en el lugar hasta que empiece amanecer, entonces sal y  justo enfrente venden café, siéntate junto a la ventana, y a las 6 de la mañana observa a todas las personas que usualmente no observarías, los que madrugan, los que se levantan temprano, observa sus rostros, su semblante, y abra que entender que ellos conocen el valor del tiempo, el valor del día. Empieza tú a vivir cada día, como si no alcanzara la mañana.


Lugar 5. Nos conviene cambiar de clima, un mundo diferente, vamos a Escuintla al puerto de Monterrico, en el camino nos damos cuenta que las calles cada vez son más estrechas, el camino aunque no más largo, si más difícil, empezamos a notar el cambio de clima, como el cielo se empieza a tornar amarillezco, nos enamoramos del camino de nuevo, llegamos a la playa, y esta desértica, está atardeciendo, y todo es rojo, entras al agua y ves como chocan las grandes olas, golpean la arena, la noche está llegando y el sonido del mar empieza a convertirse en arrullo de sueño, de pronto el sonido de las olas chocando desaparecen y ya solo se hace parte de ti, toca tu pecho, siente los latidos de tu corazón, disfruta como todos los sonidos se mezclan cierra los ojos y descubre que no importa que sonido tan fuerte traiga el mundo o el universo, jamás se apocara el sonido del latir de tu corazón.


Hay que tenerle miedo al siguiente camino, miedo o respeto, no importa es lo mismo, es más largo esta vez, un día completo de camino, vemos como se torna de día a noche en la carretera, el camino que empezó color gris se a tornaron oscuro igual que el mundo, solo se aprecia una pequeña línea amarilla que nos guía a nuestro destino, se va haciendo consecutiva, y de repente un pequeño pueblo, que pareciera no estar habitado nos recuerda que el ser humano puede llegar a desaparecer, duele ser tan poco, y creerse tanto al mismo tiempo.


Lugar 6. Llegamos a nuestro destino, y dormimos está amaneciendo salimos a las 9 de la mañana y nos encontramos con una arena diferente, una playa diferente, todo es claro, el mundo cambio de color, el sol está pegando plenamente, empezamos a caminar en el agua, no hay olas, el lugar se llama Amatique es una bahía el imponente mar esta calmado, camina hasta que el agua cubra tu cabeza, tienes miedo, si es necesario tenerlo, estas en un lugar que no conoces, en un ambiente que no es tuyo, no puedes respiran no tengas miedo, piensa en todo aquello que te atemoriza, piensa en todo aquello que le temes mientras estas abajo, no salgas hasta que lo termines de hacer, cuando hayas terminado, camina de regreso con paciencia, no les des la espalda al océano, piensa que sea lo que sea, si el agua no retrocede hazlo tú, si los miedos no retroceden muévete tú, el mar se queda, tú te vas.




El camino se está acabando pero aún nos queda un lugar, para este momento, ya has dejado fuera de tu vida muchas ideas, y lo más importante muchas personas, quedas tú y el mundo.

Lugar 7. Tikal además del kilometraje de la carretera, tienes que caminar, en el parque son las 12 del mediodía, y la vida es un poco más tolerable, la ciudad del clásico maya, el resplandor de la época precolombina, se encuentra cubierta de árboles en plena selva, justo después de esto es el hiato maya, todos desaparecen, estas ciudades se abandonan, subimos al templo IV son las 12:45  del mediodía, estamos sudando y cansados, esperas un rato, date cuenta, estas en cima del mundo, ¿Por qué desaparecieron los habitantes de esta ciudad? Tal vez subidos aquí descubrieron que el mundo no los necesitaba, que desde aquí todo seguía su rumbo sin ellos, estas llegando al cielo, casi lo puedes tocar, date cuenta como todo avanza sin tu ayuda, no te cargues tanto, el mundo puede solo, date el tiempo necesario, has pasado mucho tiempo dormido es hora de despertar.


Cuenta hasta 3 y emite un grito fuerte, y guarda silencio, escucha como la selva te responde, no te conocen, pero a pesar de que para ellos no existas, te escuchan y te responden, no existías hasta hoy.
No te quedes abajo siempre, a veces es momento de subir al cielo, existe en el municipio de peten un muelle olvidado, solo, el agua subió empieza a caminar, hasta el final, lo que un día estuvo arriba puede ser que algún día este abajo, no te fíes del lugar, tu solo debes aprender a nadar, nada alrededor del muelle, no te muevas con la vida que ella se mueva contigo.


Es hora de regresar, el camino ha sido largo, pero liberador, el corazón se sensibilizo, las palabras han regresado, las letras y la voz se hicieron presentes.


No sé lo que fui a buscar, pero presiento que ya lo tengo
Conforme va oscureciendo vemos la ciudad, vemos la vida pasar, todo sigue donde lo dejamos, todo está donde tiene que estar. Pero todo es diferente ahora.
Yo soy diferente


Se me olvidaron las palabras, antes de lo que era, me encuentro aquí, soy ahora, siento que ayer fue un mal día, hoy quien sabe.
Hay esperanza.