Puente del incienso suicida No. 1

Caminaba a paso lento un pie después de otro, la cabeza abajo, apenas si  podía sentir su respiración, incluso si hubiera querido emitir un sonido de la conciencia única, hubiera sido imposible, pues sus pensamientos antagónicos estaban atados a la amargura de su alma.
Y así prosiguió caminando sin saber a donde, sin saber a qué, caminaba sin llegar a ningún lado, un suspiro lo hizo detenerse  y preguntarse ¿porque? ¿Por qué de esas situaciones o acontecimientos?  porque  la vida en si misma había sido denotada en su persona en cierta manera, después de incluir un suspiro más a su interminable desfile de miseria prosiguió su caminata. (Un pie después de otro)
Siempre pensó que su vida iba a ser diferente, se imaginó de tantas maneras, se soñó tantas veces en diferentes circunstancias,  (pero no) su destino era fracasar su objetivo era detenerse a medio camino y quedarse allí.
De repente recordó los años donde su piel no había sido marcada ante las profundas manchas del tiempo y esos ojo, ojos negros y profundos,  se estableció en el una necesidad, de ver esos labios rojos por el frio, ese instante en el que la pudo besar, esa despedida sin holas futuros.
Ese beso que jamás dio, el sentimiento que jamás pudo vincular, el adiós seco, pensó en cómo pudo ser su boda, en los hijos que pudo tener  y probablemente en su divorcio gracias a su apatía por la vida, pero hubiera vivido, pero hubiera besado, pero la hubiera amado en ese noviembre tan frio le hubiera quitado el calor a besos (y  a…..)
No lo hizo en la despedida, la abrazo y apenas su mejía roso la suya, ella se quedó como esperando lo que jamás vendría, el pensó que ella era demasiado, o mucho, o más que su mismo deseo. (Por lo tanto (nada))
Acelero el paso, molesto consigo mismo, enojado, brutalmente herido en su ego de hombre, la conciencia le apuñalaba el corazón, las entrañas y el orgullo.
Casi corriendo a un destino invisible, se le venían todas las respuestas a su cabeza, todas esas ideas esas disyuntivas, todas las preguntas que no le hicieron, le daba coraje, porque nadie se las pregunto, mas coraje aun le dio recordar aquellas preguntas que le hicieron pero que no tuvo el valor de responder.
Gritaba dentro de si mientras corría en la madrugada de un sábado, ¿porque nunca me preguntaron? ¿Porque nunca respondí? Yo sabía que sabía, a quien le quedan mis respuestas, si nadie me hizo la pregunta.
Después de tanto correr su cuerpo cansado aviso que no resistía, no solo su miseria emocional consumía su ser, si no la física le avisa que los años habían pasado sobre su cuerpo dejando la marca de la vejes.
Desacelero el paso, y sintió como las lágrimas le corrían por los ojos, como ceño fruncido no regresaba a su espacio original.
El billete de lotería que nunca compro, el dinero que nunca tuvo, la comodidad que siempre deseo. Los insultos que nunca respondió, los golpes que se quedaron en los puños amarrados a la cobardía, las escupidas en la cara los golpes al corazón pero más que nada, lo estúpido que fue al permitirlo.
Se odiaba, se detestaba, repugnante ser, nunca fue capaz de hacer algo por él, de seducirse a sí mismo, entregarse a una satisfacción propia, siempre perteneció a los demás y jugo al deseo que ellos necesitaban.
Hoy estaba solo, sin los demás, sin los sueños, sin los anhelos, sin deseos era un hombre sin alma, sin conciencia, sin un lugar a donde llegar, un golpe de realidad destruyo su sentido direccional y se percató que estaba en el puente, abajo no exista a sus ojos porque la neblina lo cubría, arriba nada más el con sus manos tocando el barandal.
Sus pensamientos retornaban a ella (que no era la misma (anterior)) esa necesidad de amarla, de tenerla en sus brazos de recuperarla, de besarla una y otra vez hasta que su piel se tornara roja, de hacerla su diosa y adorarla, de pecar tanto, de redimirse solo, cada pecado hubiera sido digno del infierno si tan solo hubiera sido capaz de tocarla una vez más.
Analizando  la situación se dio cuenta que las cosas hubieran sido distintas, el solo hecho de tenerla en sus brazos provocaría un odio repentino, después una aseveración divina de pasión,  provocaría golpearla, besarla, decirle que a pesar de su victoriosa forma de ser mujer era un fracaso para el amor, que lo que en el provocaba no era amor si no una malformación de odios constantes, seguido de una repentina pasión, que lo que provocaba en los demás era un deseo pasajero, que nadie la iba amar, que era un juguete, un ironía de la fantasía, que lo que hubo entre ellos era solo sexo. (Y demás)
Ese jueves, maldito de noviembre, en donde los encontró desnudos a ella y a él (o sea el otro) envueltos en lujuria en la misma habitación donde se juraban amor. Pego un grito arañando la baranda de cemento del puente y finalizándolo con un golpe de puño al cemento frio, su mano quedo caliente, temblorosa, ajena.
Coloco un rodilla en el barandal, seguida por la otra hasta bajar los pies en la superficie externa al puente, lo único que lo hacía permanecer al puente físicamente: eran sus talones y la punta de sus dedos, emocional: el miedo.
Nunca había tomado el valor de una decisión en su vida y cuando lo hizo le mataron el alma. Quitarse la vida era la única decisión que le quedaba, la que estaba en sus manos, la inmediata.
De repente en el proceso de empujarse al borde de la nada, contemplo la opción, de vivir que también estaba en sus manos, la vio más cercana que nunca, un reto, un problema, un laberinto, acertijo, que no vio imposible, aunque conocía su dificultad.
Se sintió más vivo que nunca, al levantar su rostro en lagrimado sintió el viento frió de noviembre colarse por su nariz y llegar hasta sus pulmones, se sentó en la baranda con los pies colgando a la nada. Como si nada recogió sus piernas y regreso al lugar seguro, coloco sus manos en las bolsas del pantalón, y camino de regreso, el destino que seguía sin conocerlo, pero esta vez sería más fácil, porque había luchado contra la muerte y había ganado la vida, y eso lo hacia invencible al destino.





Literal

A él le gustaba leer, leer todo, leía miradas, leía sonrisas, devoraba libros, leía cartas, leía notas, anuncios, guías telefónicas, leía manos, leía corazones, amores, personas, pero más que todo leía poesía.
Tanta era su obsesión con la lectura, que como suele pasar (siempre o casi siempre) se enamoró de ella.
De las letras.
Entonces se volvió un adicto a los puntos, las comas, las frases, poemas, canciones, cuentos, ensayos, ideas. (Embarradas en un papel, con tinta)
La secuencia de las palabras con fonemas distintos, el mecanismo de la mente al colocarle un significado al proceso de gestión de formación estética.
Todo lo hacían ser FELIZ (no “feliz”)
Se enamoró de la lectura una mañana en la cual sus pensamientos no fueron suficiente  y al salir de su casa leería lo que cambiaría su vida, en una banqueta con letra infantil y a yeso un niño sin duda gestiono lo que parecía ser su primera poesía (Antonia te amo) entonces se dijo; La inmortalidad del sentimiento, plasmado en un texto.
Desde entonces era de esperarse que cuando llego la hora de enamorase (esa hora, mortal) se enamoraría de una mujer que fuera poesía.
La conoció y le pareció una mujer normal (si eso existiera), pero cuando dijo su nombre, Rrenata  y seguido dijo, se escribe con una “R” pero se pronuncia con dos, supo que había encontrado el amor de su vida.
Ella lo cativo como un título llamativo
A los meses indago en su índice
Un año había pasado cuando le presentaron a su prólogo.
Cautivado por lo que los demás decían de ella se aventuró en sus páginas
Capítulo I: Entorno histórico, sus torneadas piernas habían andado por muchos lados, y cada muslo contaba una historia.
Capitulo II: El personaje, había seducido al  lector, con esos labios con esos párrafos.
Capitulo III: El nudo, se encontraba entre el papel y las palabras el mortal pero maravilloso espacio del amor, amor de los textos.
Capitulo IV: Esto ya había extendido lo realista, había pasado de ser un ensayo superfluo a poesía pura emanada del barroquismo literario.

Por lo tanto  con la irremediable noción de que su cuerpo ya no le pertenecía, sino ya era de aquella que sus ojos provocan un beso, se dejó llevar, por cada palabra, se comió cada verso, acaricio cada frase, nado en lo delicado de sus párrafos, beso los pies de página.
No dejo ni el número ni los márgenes sin tocar.
Leyó con pasión la cadera de sus poemas hasta llegar a la gloriosa rima donde todo cobra sentido

Capítulo V: (xxx)

Capítulo VI: después de la inexhaustible ola de amor que aquel lector y escritor leyeron por horas se encontraron con un con las miradas fijas, profundas y ante la intención de pronunciar algo inadecuado callaron por algunas horas, hasta que el osadamente pregunto:

                              ¿Y el Tomo II?


La Utopía Independentista

Guatemala, tus fiestas, tus tradiciones, tus símbolos
Tus bandas de guerra, tus desfiles, tu bandera
Tus actos protocolarios, tus cuetes, tu ejército.
Guatemala tu historia olvidada, tus libros sin leer
Tu socialismo disfrazado, tu neo-liberalismo descarado.

Hoy todos se sienten orgullosos de ser guatemaltecos
A otros les da un inmenso oprobio serlo

Todos publican textos, colocan fotografías
Corren por la antorcha, compran banderas

Y yo me pregunto, ¿cuándo van a despertar?
¿Cuándo despertaras de tu ficticio patriotismo?

¿Cuándo vas a ver con ojos alusivos tu realidad expresiva?
¿Cuándo la ignorancia de los muchos va a dejar hablar la consciencia de los pocos?

Levántate Guatemala, no con una consciencia diferencial de una bandera como marketing en septiembre
Levante consciente de tus historias, consciente de tus derrotas, consciente del problema

Los hipócritas recuerdan hoy, se olvidan mañana
Los pesimistas, critican hoy y mañana
Los optimistas, (ellos no saben)

Pero los realistas reconocen que Guatemala como gobierno estado tiene problemas, más de 1 (2,3,4……….100000)

¿Dónde quedo la soberanía?
¿Dónde quedo el pueblo?

Lo callaron en la conquista
Se quedó dormido en la contrarrevolución
En pendiente estado de coma durante el conflicto armado

Me dejas sin opciones, está pendiente realidad
Pero tengo la esperanza de conocerte Guatemala, conocer tus caminos, tus veredas, tu personas, tus historias, tus lugares, tus políticas, tu cuentos cortos (y largos) y eso es empezar a quererte.

Hoy vengo del lado de los ancianos que se cansaron de hablar
Y  de los jóvenes que no les interesa

Yo celebro en septiembre (OCTUBRE, noviembre, diciembre etc.)

Celebro que la tesis de Guatemala está mal
Pero que la antítesis está pero
Gracias a Dios por síntesis.

Las cosas pueden cambiar, si tan solo despertamos de la ignorancia mercantilista
Porque sabemos que lo que hicieron está mal y lo que hacen está peor

Pero  hay en los que conocen, una esperanza de que las cosas pueden cambiar
Tan solo reconociendo que independencia, no es tan solo un 15 de septiembre




¿Dónde está el ombligo de Adán?

Todo indicaba que era el lugar, y que aparentemente se habían encontrado los restos perfectamente preservados de Adán,  los arqueólogos emocionados pedían a los dioses de la investigación que les dieran la razón.
Entonces el momento de la verdad llego a culminación, la máquina de medición de profundidad finalmente había encontrado algo y el “pib” que indicaba su encuentro sonó a campanas de gloria entonces dos de ellos con máscaras puestas temblorosos empezaron a escavar muy delicadamente como quien tocaba por primera vez a una mujer.
Así poco a poco fueron descubriendo el cuerpo en perfecto estado que aunque deteriorado en textura cumplía con la forma de la piel pegada al hueso. En el lugar los paleontólogos lloraban, los arqueólogos temblaban de emoción y los antropólogos empezaban a elaborar teorías.
Después de algunas horas finalmente lo contemplaron, bajo un atardecer hermoso y unas sonrisas de satisfacción contemplaban el cuerpo, con el corazón en la boca aquellos grandes estudiosos se convirtieron en niños con juguete nuevo.  Así muy delicadamente extrajeron el cuerpo y lo llevaron hacer los estudios respectivos (porque dudan de sí mismos) para comprobar su autenticidad.
Los estudios dieron positivos, era efectivamente el eslabón perdido, el primer ser humano que pobló la tierra, el ser creado de del aliento de vida, los primeros pies pobladores, el padre del Homínido (para los escépticos) o el nieto (para los creyentes). Entonces investigaron cada parte del cuerpo minuciosamente con la concentración de colocar el hilo en la aguja, apenas respiraban en el cuerpo, habían más de 10 especialistas alrededor de la mesa donde se encontraba, nunca antes se habían visto tan interesados e intrigados por el cuerpo de otro hombre. (Bueno, algunos)
Entonces descubrieron que faltaba algo, fundamente, algo que tal vez negaba su proceso de hombre y afirmaba la creación divina, “El ombligo” ¿Dónde está? se preguntaban unos a los otros con la peor cara que podían tener los estudiosos (de a ver perdido la verdad) ¿dónde está el  ombligo de Adán? lo buscaron por todos lados, elaboraron teorías ridículas, por ejemplo:  
1. debido a una mutación genética puede colocarse en otro lugar.
 2. debe de ser el primer prototipo pues tiene errores de fábrica.
Así investigaron noche tras noche, en libros de anatomía, en documentos, tesis y revistas médicas, se frustraban y entre veces la angustia se comía el sueño, así que llamaron a expertos médicos de todos lados del mundo, para que observaran el cuerpo, todos a la expectativa de estos,  cuando revisaban el cuerpo a través del vidrio que dividía la sala de investigación de la sala de observación, algunos se comían las uñas, otros ya se las habían acabado, al salir estos médicos expertos solo dijeron: -lo siento, no lo encontramos- y así en su frustración negando toda idea científica de implementación de teorías supuestas decidieron llamar a los religiosos a que entregaran una respuesta espiritual, entonces ellos segados por la ciencia, afirmaron que el “ombligo de Adán” no existía, puesto que este no conocía vientre de mujer, entonces en eso debatió un teólogo renombrado, diciendo que si era el primer prototipo de hombre entonces estaba mal diseñado por lo tanto era debatible la existencia de un Dios perfecto, por lo tanto la acción de negación causo un conflicto entre los religiosos y los teólogos  y poco falto para conocer su naturaleza humana negando así su capacidad de análisis (y probando su capacidad con los puños) cuando un filósofo irrumpió en escena y dijo: - tal vez la idea de un ombligo es puramente superficial, estamos buscando lo que lo hace hombre y en la rama metafísica, tal vez el ombligo representa una constante en su apego a lo terrenal, mas Adán no era terrenal-, entonces el agnóstico se levantó de la mesa con prontitud y colocando su mano sobre la mesa con fuerza exclamo -¡no se habla de lo que no existe como si existiera!- Y la discusión continuo por meses, los hombre se reunían en el lugar cuestionándose una y otra vez acerca del ombligo de Adán, ¿Dónde está? Decían unos, ¿existe? Decían otros  (y los más presuntuosos) ¿Cuándo pagan?  Ya se habían acostumbrado, habían discutido constantemente por 7 meses y 7 días.
 Un día tocan a la puerta del laboratorio y aparece detrás de ella una mujer seductora, de tacones altos y con un portafolio en las manos, su labial rojo demostraba que le preocupaba su apariencia y sus lentes que no era demasiado.
Al notar su presencia los estudiosos la observaron de pies a cabeza (porque eso hacen los hombres) y al introducirse ella dijo, Soy Arianka Estevez Hick  y vengo gracias a la solicitud que me enviaron para responder ante tal inconveniente de la búsqueda del ombligo de Adán, soy antropóloga, paleontóloga, arqueóloga, especialista en cultura antigua y con profesorados en la prehistoria analista del arte rupestre especialista en sistematización de autenticidad de desarrollo de restos humanos (hizo una pausa) y añadió (muy lentamente y en voz tenue) ha y soy sexóloga.
Los hombres admirados ante tanta belleza y conocimiento juntos se quedaron atónitos y rápidamente la hicieron pasar, le ofrecieron agua, un lugar donde sentarse, una copia de la información, un lápiz, un ventilador, una flor, una anillo, una vida eterna a su lado, una boda, una noche, un amor (a no, eso no)
Después de haber escuchado las teorías de todos, procedió a pasar a investigar al cuerpo, estuvo ahí por poco más de dos horas, lo vio, lo toco, lo observo, lo pensó, lo sintió.
Todos tenían las esperanzas puestas en ella, todos querían conocer su punto de vista, (o solamente verla) necesitaban una respuesta y al parecer ella podía tenerlas todas.
 Al salir y al quitarse los guantes,  respiro profundo y dijo:


-¿Porque ninguno ha preguntado por el ombligo de Eva?-



Mi hoy no es tu mañana

Si mañana no existiera
Me gustaría que supieras

Que el momento en el que me encontré con tu sonrisa no me soltó
Que creo que me enamore un poquito o mucho de ti
Que me gusta hacer concursos adivinando a que saben tus labios
Que me he imaginado más de alguna vez amanecer a tu lado
Que desde que te vi no pasa un día que me den ganas de encontrarme contigo
Que me gustaría ser el tropiezo de tu mirada

Ser el sueño que te despierta con una sonrisa
Si el destino decide jugar conmigo
y me arrebata la existencia y
También las ganas y las ideas  y los poemas y la inspiración

Me gustaría que supieras
Sin simulacros
Sin problemas
 Sin situaciones o pasados
 Sin ella.

Que te quise o te quiero
Que te soñé o te sueño
Que te besaría
Que no importa con quien estés, o con quien estarás
Pues
Aquí en mi hoy
Eres mío


Cuarenta y Seis

Quien iba a decir que dos almas tan distantes iban a encontrar refugio en un solo corazón.
Estaba lloviendo y todo apuntaba hacer una tarde común y corriente en San Pedro Sololá, las gotas caían como rebotando en las pocas calles pavimentadas del lugar, Ana caminaba por el pueblo debajo de un triste paraguas negro que apenas alcanzaba a cubrir su joven cuerpo, con un canasto de tortillas a su costado intentando llegar a su trabajo con el mandado que se le había encomendado, ya hacia un tiempo que ella era huérfana y vivía con unas amigas en un pequeño departamento del lugar, me corrijo, ellas no vivían, mas sobrevivían. Sus trabajos involucraban limpiar piscinas, ser meseras, limpi
ar baños, no tenían estudios es más, a veces ni les hacía falta leer en su vida diaria.
En esa tarde la lluvia inicio más fuerte como acribillando el mísero paraguas de Ana y decidió refugiarse en una esquina donde una pequeña pestaña salía y cubría un celestial espacio de la lluvia, cerro el paraguas y se paró un rato viendo como el agua salpicaba sus sandalias y a la vez sus pies. En eso vio como un hombre de  unos 40 años saltaba de charco en charco como a una cuadra de donde ella estaba, tratando de esquivar la lluvia, cuando se iba acercando se dio cuenta que era un Gringo que vestía un short una playera que la lluvia egoísta habían mojado completamente, además no podían faltar las clásicas sandalias que aparentemente es reglamentario utilizar antes de viajar algún pueblo en Guatemala. (Los adquieren junto con la visa) este al verse indefenso ante tal lluvia vio el refugio de Ana como una opción vital de sobrevivencia ante los balazos de lluvia que perforaban su cráneo. Entonces se colocó con rapidez junto a ella y dijo  -eskiusmi mucha lluvia, compremiso- ella como buena guatemalteca que no sabe ingles  lo vio para arriba y sonrió con la boca cerrada entonces observo detenidamente sus ojos y eran celestes como cuando al lago le pega  al sol al medio día, el Gringo la observo y vio en ella más que a una mujer, vio una sonrisa, y ya saben lo que dicen, cuando un hombre ve en una mujer una sonrisa.  (El mundo se detiene)
Él le dijo –mucho guste yo llamar Jayce-  ella lo volvió a ver y volvió a sonreír (Él se encantó)            -mucha lluvia esta callenda- dijo el Gringo, ella volvió a reír, (Él se volvió a encantar) así esperaron que se calmara la lluvia los dos intrigados el uno con el otro veían como caía gota a gota y la salpicadura mojaba sus pies descubiertos, de distintas tonalidades pero bajo la misma lluvia. Ella dijo –ya está pasando- viendo directamente para la lluvia, Él la vio encantado, su cabello era ondulado y el efecto de la lluvia sobre el mismo la hacían ver como la perfecta amazona en la selva, observo que estaba temblando y le dijo –tú tienes mucho fría- ella sonrió y le respondió –si Don, por la mojada- -¿como esu nombre?- le volvió a preguntar,  ella respondió –Ana Marroquin- (porque un latinoamericano siempre tiene apellido) –mucho guste Ana, yo soy Jayce- Buena tarde Don Yeis dijo Ana abriendo su paraguas y pegando un salto al pavimento, al ver esto Jayce la siguió y le dijo – hey weit, can ai col iu, ai want tu si yu agen- (hey weit can I call you, I want to see you again) (hey espera, puedo llamarte, te quiero volver a ver) Ella asustada por el acercamiento del individuo camino más rápido, siempre tan amable sonriendo hasta que el Gringo se le puso enfrente a modo de que sus pasos no dieran ni un movimiento más, se quedaron congelados por un momento hasta que ella lo rodeo y camino, entonces el entendió la evasión y pensó para sí mismo, ¿la sigo? ¿Lo intento de nuevo? O ¿me arrepiento para siempre?, al ver que ella ya se había alejado se decidió caminar a su destino con la cabeza abajo, sin percatarse que la lluvia seguía cayendo sobre ella esta vez un poco más densa.
Entonces  terminó así la historia que un día escribí, (si el destino no fuera una jugarreta del hombre)

Así que como el destino fiel amigo de la esperanza los volvió a unir, aunque ella se había resistido hablarle al Gringo sabía que dentro de ella algo había pasado, pues su mente la traicionaba y en ocasiones se encontraba pensando en él, por su parte él se había rendido a la idea que esa sonrisa aunque olvidada y perdida era suya, la atesoraba como un recuerdo imposible, (por que quiere) de borrar, el viernes a las 6 de la tarde ella cumplía  con sus trabajo en el restaurante y de improviso la enviaron al bar, pues había ocurrido un percance con un cliente, a lo cual ella asistió presurosa con escoba y sacabasuras en la mano, ella se dirigió al lugar a levantar los pedazos del vaso roto que un cliente accidentalmente había tirado en la fiesta del bar junto a la piscina, él se encontraba en el muelle hablando con unas cuantas amigas cuando de improvisto el destino provoco en él un llamado de la naturaleza, así que camino hasta el área de la piscina para dirigirse al baño, justo cuando levanto la mirada observo a Ana de rodillas colocando el sacabasuras en el piso de modo angular, se sorprendió tanto que se pasó las manos sobre los ojos en señal de asombro y al acercarse un poco más la decidió abordar, -Ana, Ana como está usted- le dijo sorprendido pero feliz de haberla encontrado, ella un poco tímida y sorprendida levanto la mirada y sonrió y en voz baja dijo –hola señor-  el observo como ella limpiaba el área afectada y le dijo –tu trabajar aquí te verer  más seguido- y precisamente así fue, después del encuentro Jayce averiguo los turnos de Ana y coloco en su lista de imposibles su nombre, aunque Jayce ya había vivido 26 años más que Ana conocía muchas técnicas de conquista, pero ninguna podrían alcanzar a esta veinteañera inconquistable, en los planes de Ana no estaba enamorarse, mucho menos de un Gringo de 46 años, es más Ana no tenía ningún plan vivía su vida sin aventura solo esperando sobrevivir al día siguiente, por las mañanas cuando ella limpiaba las habitaciones el esperaba que llegara a su habitación y se sentaba en una esquina a leer mientras ella tendía la cama, y la observaba sin que ella se diera cuenta, un día coloco una rosa blanca entre sus sabanas y observo emocionado como ella la encontraba al hacer su cama, pero fue una reacción diferente a la que él esperaba, pues al encontrar la rosa ella la tomo entre sus  manos y casi mecánicamente la coloco en su mesa de noche, prosiguiendo con el trabajo.
En las tardes cuando ella se encargaba del restaurante, el accidentalmente derramaba el agua y en ese momento llegaba Ana con un trapo en sus manos para solucionar el problema (o el capricho) ya había pasado un mes y todas estas técnicas ofensivas no parecían funcionar, así que un día con el afán de encontrarla y que lo encontraran el hizo la cama como tantas veces había visto que ella la hacía, limpio el baño, arregló su ropa, coloco todo en su lugar hasta sacudió  la parte de atrás del televisor, entonces cuando ella entro se vio con la sorpresa que ya nada tenía que hacer en esa habitación pues su trabajo ya lo había realizado él.
Ante tal acción ella se conmovió y al llevarse la mano a la mejía le dijo –muchas gracias- él la tomo de la mano y le dijo –yo solo quiera platicar un poquito contigo- ella no se pudo resistir ante tal amabilidad y accedió, así que se sentó en la cama y el jalo una silla e iniciaron una conversación (con mucho esfuerzo) él le conto porque había viajado a tierras tal lejanas y por qué había elegido Guatemala, ella le conto que sus padres habían muerto hace poco, entonces ella le hizo un pregunta que era primordial para que la relación avanzara, -¿porque un hombre de su edad, está soltero?- el respondió con toda honestidad, y le conto que cuando él estaba joven se había enamorado de una mujer la cual iba a convertir en su esposa, pero por una mala jugada del destino a esta le había dado cáncer y había muerto justo antes de la boda, esto conmovió a Ana e hizo que su feminidad se acercara mucho más a él, la atracción física era inimaginable, aunque la diferencias de edad era considerable no les impedía que tuvieran grandes cosas en común, ella pensaba que el lago era un mar y él pensaba que el mar era el mar. Sus encuentros se fueron haciendo más concurrentes él se perdió en su sonrisa y no quería ser encontrado, ella nado en la laguna de sus ojos y quería ser naufraga, así sucedió el primer beso en el muelle, junto al lago de testigo que acaricio sus cuerpos mientras anochecía, todos pensaban que tal amor no solamente era ilógico si no también inapropiado, las amigas de Jayce pensaban que él era demasiado interesante y propio, todo un caballero para ser desperdiciado en una mujer con unas manos tan maltratadas, las amigas de Ana pensaban que él era un Gringo cualquiera y que pronto la embarazaría y la dejaría botada, esto le dio más interés a la relación.
Ella no sabía mucho de la vida, él le enseñaba y como escuche una vez “no siempre se trata de enseñar muchas veces hay que aprender” él fue aprendiendo más  español, ella aprendió solamente una palabra en inglés y cuando fue el tiempo correcto la dijo –I love you- él dijo también en el tiempo adecuado –yo también te amo- visitaban lugares que los turistas no conocen, como la montaña escondida, donde se ve todo el pueblo, o la laguna del muerto donde se puede nadar desnudo y a nadie le importa, o visitaban el cielo, de vez en cuando, cuando se encontraban solos, en su habitación.
Se enamoraron tanto que él amaba que ella dijera su nombre mal pronunciado “yais” ella lo amaba tanto que le enamoraba  cuando con esfuerzo Jayce le decía “miarmor” él le dio sueños ilusiones, le contaba antes de dormir de sus infinitos viajes y que había un mundo después de San Pedro, ella le contaba las leyendas del lago, y que había un mundo después del mundo.
Nunca había soñado ella con poder estudiar, o tan siquiera conocer otro lugar, así que un día el decidió sorprenderla y justo después de su trabajo la subió a una lancha y se dirigieron junto en un auto rentado a la ciudad de Guatemala (GUATEMALA CITY) le dijo el taxistas que los llevo, ya en el a ciudad él podía observar los ojos de ella, llenos de ilusión y éxtasis iluminados con las luces de la ciudad, (se) comieron en un restaurante muy elegante donde ella no tenía que lavar los platos, ante la mirada desagradable de todos por la diferencia de edades, se amaron sin inhibiciones, y ahí en la cima de un edificio él le hizo la pregunta más audaz que pudo hacerle, -te quise enseñar la ciudad porque se que nola conocías, pero después me pregunte ¿Qué más te pede enseñar este viejo? Y deduje que el amor podría ser la lección perfecta,  entones Ana déjame amarte como nadie la ha hecho, y déjame hacerlo para siempre- sacando un anillo de su bolsa y colocándolo en su áspero dedo, la bella Ana, ella sucumbió ante tal gesto de humildad que ningún hombre de su cultura le habría mostrado y en la epifanía de lo honesto, su corazón se abrió ante una palabra, -si-
Regresaron al pueblo con esa ilusión tan grande, se casarían a finales de diciembre y finalmente el la llevaría a su pueblo Connecticut a conocer a su familia y algunos amigos que había dejado olvidados en ese lugar, su amor era un amor honesto que no media las edades ni la diferencia de culturas, mucho menos el idioma pues no notaban como él decía “miarmor” y ella “miamor” al final de cuentas el sentimiento era el mismo, por lo tanto habían decidido vivir juntos pues no podían pasar ni una sola hora separados sin extrañarse entonces alquilaron un departamento sin mucho, pero con lo necesario en el pueblo y lo ambientaron con lo poco que ella tenía y lo mucho que él podía comprar, y así vivieron los mejores 3 meses previos a la boda.
Un día cuando ella regresaba a su casa al abrir la puerta se encontró con Jayce tirado sobre la alfombra, con la mano en el pecho, se asustó tanto que pego un grito corriendo hacia el preguntándole que le pasaba, el apenas y podía responder, así que corrió a la calle principal a pedir por ayuda, algunos vecinos la ayudaron a colocarlo sobre la cama, y los niños del pueblo corrieron en busca del único doctor de todo el lugar, cuando llego Don Miguel el doctor le dijo a Ana ignorando todo diagnóstico, -Ana hay que llevarlo al hospital-, entonces con ayuda de los vecinos lo cargaron hasta una lancha, siempre con Ana de la mano bañada en lágrimas la lancha zarpo en medio de la lluvia con rumbo al hospital de Panajachel, en el camino el abrió los ojos y vio a Ana llorar de frustración al saber que nada que ella hiciera cambiaria esta situación, entonces el acaricio su mejilla y le dijo –te enseñe amar, mi pequeña niña guatemalteca, ojos de carbón, piel de durazno, you are and always will be my love (tu eres y siempre serás mi amor), ella lloro un poco más antes de limpiarse sus lágrimas y fue allí donde noto por primera vez las arrugas de Jayce, entonces la lancha se detuvo y ella entendió que era el final, lloro sobre su pecho desconsolada, y sintió su último aliento, el lanchero observo el cuadro y supuso que no importaba que tan rápido hubiera llegado, este era el destino de la pareja.
Cuando llegaron a Panajachel, lo declararon muerto de un ataque cardiaco, ella lloro desconsolada por unas 6 horas hasta que alguien le dijo que era tiempo de hacer los preparativos del entierro, como era su deseo lo enterraron en San Pedro, ella se vistió de blanco ese día, y todos lo lloraron un poco, ella lo lloro toda la vida, al llegar a su casa su agonía de tristeza era tanta que tenía que salir, al pasar por su lugar de encuentro en aquella lluvia se quedaba tirada con las manos en el rostro llorando como quien lo ha perdido todo. Era tan común verla llorando por el pueblo que las mujeres pasaban tocándole la espalda rogando por consuelo, algunas la encontraban en el muelle y la llevaban de regreso a su casa, estaba sola,  le dolía el alma, le dolía la vida.
Entonces decidió partir, se estaba ahogando en la miseria de la soledad, le estaba costando vivir por lo tanto vendió todo lo que tenía y decidió viajar, primero se fue a la ciudad, ahí trabajo para olvidar, pero se vio inmersa en el dulce dilema que lo que en realidad tenía que hacer era trabajar en olvidar. Así que decidió viajar fuera de Guatemala, se estuvo de un país a otro, conociendo todo lo que alguna vez Jayce le había contado, veía lugares y se imaginaba junto a él, así pasaron los años, hasta que cumplió 46 estaba en Roma arriba del coliseo como siempre, pensando en Jayce, cuando un Joven Griego le pregunto la hora, ella con la mirada perdida en el horizonte en la noche  no respondió, el Joven insistió tocándole el hombro, ella sorprendida lo vio a los ojos y sonrió para luego mirar su reloj -10:30- dijo regresando ver al horizonte.

-En que piensa- le dijo el cómo en intención de que ella lo volteara a ver, ella lo volvió a ver, y encontró en el Joven Griego una mirada tan tierna y encantadora con una inocencia tan inmersa en ella que la cautivo, comprendió por fin su destino, el destino que Jayce le había marcado en su vida, los mayores de 40 enseñan a amar.





La Noche

Cuando el sol se esconde
Y la luna alumbra
Mi corazón vela
Por volverte a ver.
Jenniffer Velásquez

¿Dónde están los invisibles?

Un antropólogo Francés se dio a la tarea de investigar lo investigable, como todo buen antropólogo había aprendido de todas las personas algo importante, por ejemplo de la cultura Mayas en Guatemala había aprendido que no importa que tanto se haya vivido, lo importante era dejar huella,  de la cultura afgana aprendió que algunas veces el orgullo sobrepasa la razón, de la cultura norteamericana aprendió que la necesidad del hombre muchas veces es innecesaria y así recorrió el mundo entero aprendiendo diferentes idiomas, culturas, comidas, ciudades, estructuras, filosofías, ideas, rituales de amores y sexo que en eso no muchos diferían, “todos los seres humanos se aman igual” decía con una sonrisa incierta. (Solo él sabe)
Aunque sabemos que los conocimientos no tienen un límite este se había cansado de investigar aquello que por alguna razón unos y otros colegas  ya habían tentado con sus ociosas manos de y analizado con sus perturbadas mentes.
Ya se había cansado de re escribir en lo ya escrito, re pensar en lo ya pensado, indagar en los textos de alguien más, ser un conocedor más, un copista de las ideas de alguien más.
Estaba harto, un harto especial, no como quien detesta su trabajo y dice cada mañana antes de despertarse “estoy harto”, pero de igual manera se levanta a trabajar. Si no un  harto como de aquel que está en la orilla de un precipicio y dice “estoy harto” antes de dar el último paso a la nada.
Entonces inicio su búsqueda incierta, la búsqueda de los invisibles, los que no existen, los que no conocen, los que no son.
Busco entonces en la selva tropical pero los que estaban allí, ya tenían una cola de antropólogos redactores del secreto de la virilidad del hombre. Busco entonces en la cima del Himalaya y al encontrarlos eran tan superfluos tan metafísicos que todo aquello investigado iba a trascender por el alma, se convertía en filosofía y ese no era su profesión. Entonces decidió ir al mayor enigma de la humanidad poco explorable (por miedo) la mujer y se sentó con una mujer hermosa  pero antes de ser antropólogo fue hombre explorador del sexo opuesto, exploro pero nunca entendió, por lo tanto se rindió (a ella)
Después de años de  búsqueda una tarde decidió renunciar a su carrera antropológica, no existía ninguna esfera del conocimiento sin explorar, “el ser humano en si, es un enigma descubierto” se dijo a si mismo mientras pasaba la mano por su cabeza pensando en todo el tiempo perdido.
Así llego a la orilla de la calle, con aquella humanidad en pleno ejercicio del deber frente a el, los carros no paraban y todos corrían presurosos donde los esperaban, pero a él se le habían acabado las razones, por consecuente las ganas. Entonces cayó desplomado sobre la banqueta inclino sus rodillas y coloco su portafolio en el suelo, se llevó las dos manos a la cabeza y arrastraba su cabello entre sus dedos con una desesperación presurosa, en eso, en medio de su colapso mental escucha una pequeña voz que le dice  -¿lustre?-  el alza la mirada y enfrente a  el un niño que con herramientas en mano miro hacia sus zapatos de antropólogo ósea zapatos de hombre.
 Era tanto su abatimiento que ni siquiera afirmó o negro la pregunta de este pequeño, entonces al verse en opción de tomar su gesto como una afirmación, el niño comenzó a lustrar sus zapatos.
Izquierdo
Pasta, brillo, cepillo
Pasta, brillo, cepillo
Pasta, brillo, cepillo
Brillo, brillo, brillo
Derecho
Pasta, brillo, cepillo
Pasta, brillo, cepillo
Pasta, brillo, cepillo
Cepillo, cepillo, cepillo
Mientras este desfile sistemático de una labor se realizaba, el Antropólogo pensaba en las personas invisibles, las que no había encontrado, las que no había descubierto, las que no existían en lo que conocía, pero tenían denominación en la potenciación de lo conocido.
El niño termino su labor después de unos minutos y  extendió su mano como en señal respetable de quien cumplió su trabajo y merece su pago, el antropólogo aun consternado, como mecánicamente saco su billetera y le dio el dinero, el niño lo guardo, recogió su indumentaria y se retiró lentamente contando su ganancia.
El antropólogo, con una ceja levantada y la mano colocada en su mentón observo sus zapatos de una brillantez reflejable  y al niño consecutivamente y pensó.
Características de un invisible (dos puntos) Hablan pero nadie los escucha, están pero nadie los ve, no existen, pero existen, no tienen nombre, no tienen edad, nadie los recuerda, los libros no escriben de ellos.
Se colocó de nuevo la mano en la cara esta vez con la boca abierta y separo las piernas para verse los zapatos lustrados y sus ojos se abrieron prominentemente y dijo sorprendido y en voz quebradiza  -¡ellos son!  -ellos son los invisibles-.
Les damos dinero pero no los conocemos, hablan pero nadie los escucha, dijo lentamente en balbuceos con la mano en sus labios, los olvidamos con facilidad, no son nadie siendo alguien, un zapatero, el que vende el periódico, el niño lustrador, el limpia vidrios del semáforo. Todo tiene nombre pero no existen, son de nosotros pero no están con nosotros.
Son otros
Son ellos
Son invisibles se hacen imperceptibles al materialismo humano, no los cuenta, no se relacionan no son seres materiales, no existen, los excluimos, los redujimos, los eliminamos, no trascienden no pretenden, no comulgan, no son, ni serán.
Así corrió hacia el pequeño niño que en la oscuridad de la tarde desaparecía y semi  trotando lo alcanzo, colocándole la mano en el hombro dijo:
-Hola-
El niño asombrado no respondió y lo observo receptivo a su actitud de inventor al inventado.
-Quieras ser mi descubrimiento- le dijo acelerado
El niño con rostro intrigante solo dijo, ¿ha? (Que es igual a nada) y en la nada se manifestó la totalidad del producto.
¿Cómo te llamas? Dijo el antropólogo
-Julián- respondió el niño
 -hola Julián, bienvenido a tierra material- dijo el antropólogo sonriendo

Desde ese entonces, va por el mundo descubriendo a los invisibles. 
Convirtiéndolos en alguien.

El Banquero

Le gustaba contar, su nacimiento fue motivado por el conteo de la enfermera para que su madre pujara, justo cuando ella decía 1, 2, 3, puja encontramos la cabeza de Julián, de niño un día contó todos los pasos que hizo, sin perder la cuenta 1,591 pasos, esos contó. Le gustaba comprar con un billete grande algo pequeño, tan solo para disfrutar el puro gusto de contar vuelto, por eso cuando fue un adulto a nadie le extraño que se convirtiera en auditor, en la universidad era considerado un genio aunque pocas veces hablaba, pues consideraba que lo único necesario para darse a conocer eran 141 palabras, lo demás era vanidad.
Nunca le gusto solamente una mujer, pues prefería los numero pares, al graduarse fue solicitado en los mejores bancos del área, comparo las posibilidades, los retos, las influencias las sumo, las dividió por el sueldo, las multiplico con su capacidad y así fue como decidió cual era el banco para iniciar su carrera laborar.
Todas las mañanas se despertaba presuroso a las 5:01  incluso cuando se despertaba a tientas y el reloj marcaba las 5:00 se limitaba a pararse y hacia una oración el minuto restante, cuando se subía al automóvil colocaba la radio en 111.1 su corbata negra revelaba una perfección perspicaz, sus zapatos lustrados y su cabello perfectamente echado para atrás,  cada día en el trabajo era como  un libro para el escritor, las pinturas para el pintor, el dinero para la prostituta, jugar con números todo el día, era una acción que disfrutaba a la hora del almuerzo comía en el primer comedor, pedía el menú número 1 y un café con 1 cucharada de azúcar, lo tenía todo, no deseaba nada, era feliz, no una felicidad momentánea, sino una felicidad plena complaciente, gratificante.
Era primero de enero del 2011 el llego un día antes que todos al trabajo para asegurarse de que a nadie le tocara el carnet numero 1 solo a él. Se registró y estaba a punto de retirarse cuando en el reflejo de la gran puerta de vidrio del edificio la ve.
Tenía un lápiz labial rojo brillante, un pantalón negro que se ajustaba perfecto a sus muslos, una blusa de puntos y unas zapatillas rojas, su cabello era negro y con el sol el color se tornaba en un engañoso azul. El voltea lentamente admirado de tan perfecta figura y la observa de pies a cabeza, (lentamente)  sus ojos son perfectos ceros, sus brazos forman la perfecta unidad, con sus pechos es una decena, sus dos piernas flacas y alargadas se convertían en dos indiscutibles unos, sus piernas juntas cuando se paraba derecha formaban un once.
Ella inclina la cabeza sonríe por un lado y pregunta, -¿El banco aun no abre?- el apenas puede responder así que traga saliva y responde, hasta el  2, ella empieza a balbucear que vino por gusto y que es una irresponsabilidad de los centros bancarios, El, la detiene con prudencia en su voz y le dice: -necesita usted algo-, -si- responde ella, -vine hasta acá en un taxi, y no tengo efectivo para pagarle y ahora me encuentro con este oprobio, es una injusticia divina eso del dinero, cuando lo necesitas no lo tienes, y cuando lo tienes no lo necesitas-, el con toda amabilidad se ofrece a pagarle el taxi, ella aunque insiste que no se preocupe él se acerca al taxi amarillo número 1 y salda su deuda.
Ella le agradece diciéndole que lo invita a un café, siempre y cuando la cafetería acepte el ingenioso invento del capitalismo, la tarjeta de crédito, el encantado caminan a la par como un bello once se dirigen a la cafetería, como de costumbre pide un café con 1 cucharada de azúcar, ella pide un café con dos cucharadas de azúcar y esa correlatividad en la orden lo enamora.
Ella le cuenta que es de un pueblo y que solo trabaja vino a la ciudad a saldar una deuda, él le cuenta  de su pasión por los numero y su deseo de cuadrar el mundo, así se inicia la plática y así no termina pues al retirarse del café y despedirse el empieza a ser el inventario de la improvisada cita, 1 platica interesante, 11 sonrisas y once dientes para mostrar como perfectas perlas blancas, dos ojos en forma de cero, una pierna cruzada como un signo de división en diagonal, se tomó el pelo 12 veces , se limpió los labios 1 vez, se observó en el reflejo del vidrio 12 veces,  y mejor aun cuando intercambiaron dígitos el de ella era  11 23 76 1 (que sumados hacen un once).
Tuvieron 11 citas, 1 anillo, 1 boda, 1 amor, el todas las noches le pasaba auditoria a su cuerpo, ella se dejaba fiscalizar, ella era la suma de la perfección, a el le encantaba contar. Pero pronto esto cambio, pues su trabajo cada vez le exigía mas, estaban en un declive económico lo que obligaba a que trabajara el doble para poseer los mismos resultados, era una pena, habían noches que llegaba de madrugada ella ya dormía, se convirtió en un fantasma de la familia, en un proveedor sin rostro, en un hombre sin cuerpo, cada vez que se alejaba se perdía un poco de ilusión, (más de ella)
Un día cuando volvía a casa (que por cierto su dirección era, 1 calle 11-1 zona 1 sector A) Se encontró con que ella había preparado sus maletas y lo esperaba junto a la puerta, el no pregunto, pues ya sabía que ese era el resultado de los abusos de su trabajo, ella dijo: -me voy- , él: dijo –ándate-, desahuciado de amor no peleo, supuso que si ya se había emitido la acción de apartarse de su lado, no valdría la pena mantenerla, mucho menos rogarle, le dolió,  claro que le dolió, pero nada más lo necesario (un auditor nunca llora más de la cuenta).
La vida no era la misma, pero hasta cierto punto se sentía satisfecho con lo que había logrado, ser el número 1 en su trabajo, ser de nuevo una unidad que se divide en sus propios porcentajes, de ella no supo más, y era mejor así, pues el solo hecho de su presencia lo hacía odiar su unidad lo que toda su vida había amado el valor del 1.
Un día cerca del café de siempre, (un poco más descuidado) la vio pasar iba de la mano con otro tipo sonriente los dos, platicando seguramente trivialidades, a Julián le hirvió la sangre, su rostro se tornó rojo, sus manos se empuñaron, sus pupilas se dilataron y su corazón emitió un gruñido se levantó de la mesa presuroso y se dirigió hacia la pareja como oculto entre columnas sin que ellos lo observaran, vio como él le robaba besos y como ella sinvergüenza los pasaba de contrabando, él  estaba furioso, así que  los siguió hasta su departamento (22-1 calle poniente zona 2 sector B)

Esa noche regreso a su casa, sin poder dormir, caminaba de un lado a otro, pensaba, se afligía, lloraba, resentía tanta frustración, le sudaban las manos, no había calma que lo alcanzara, no había paz que lo llenara,  así que por fin se  decidido, se armó de valor tomando un cuchillo de filo número 1 se dirigió hacia el previo departamento, contó 111 pasos para esa calle, subió 123 gradas hasta el departamento de su ex amada  y toco una vez el timbre, cuando el abrió la puerta lo vio intrigado –Buenas noches señor en que le puedo servir- él lo observo de pies a cabeza pues vestía unos shorts y una playera increíblemente desaliñado, desprolijo y antes de que este pronunciara otra palabra le clavó el cuchillo en el estómago  y sintió como este atravesaba sus intestinos esponjosos, lo extrajo y lo hizo de nuevo repetidamente 11 veces, cuando ella salío y noto el acto de maldad tan grande que se cometía, vio  a su amante tirado en el suelo cubierto de sangre y su ex esposo parado junto a él con el cuchillo ensangrentado, grito con el alama, y dijo:  –porque lo hiciste- (gritando histéricamente)  El,  la vio  a los ojos quitándose con el brazo las salpicaduras de sangre de la frente y dijo en voz grave, Solo para recordarte quien es el número uno, se va lentamente bajando las gradas mientras ella yace de rodillas lamentando dicha tragedia, el sale del edificio satisfecho, feliz, sonriente.
por fin su mundo estaba cuadrando otra vez.



La Bala Perdida


Sucedió una tarde cuando el sol se ponía, los dos estaban sobre la terraza  y observaban lentamente el sol introducirse en la espesa montaña, el  pregunto  ¿Cuál es tu meta en la vida?  Ella respondió con una pregunta ¿Cuál es la tuya? –bueno, pues considero que la mía es,  vivir una vida estable-  ella medito por un momento y respondió con la mirada fija en sus ojos, su cabello lo movía el viento una sonrisa por un lado insinuaba perfección, se llevó la mano a la nuca y dijo: -Mi meta es trascender-  El, la observo fijamente sin poder retirar sus ojos de su silueta contra el sol, la observo aun sabiendo que ella no lo veía, intento moverse pero fue inútil, parecía un imán todo su ser se sentía atraído a ella, ese 7 mayo se encontró con la inevitable verdad, él se había enamorado.
Después de 2 años de esa injusta amistad que amenazaba con el amorío y de aquel novio retrograda y testarudo, que al parecer no había llegado a una evolución completa de homo sapiens, finalmente Luna estaba soltera y eso significaba muchas cosas, Alejandro podría enseñarle finalmente de lo que se trata el verdadero amor, Alejandro escribía canciones, hacia poemas, decía su nombre en voz baja, veía sus fotos, suspiraba (no una, sino muchas veces) estaba irremediablemente enamorado.
Este era un amor diferente al de Gary (el ex) incluso muchas veces Alejandro no entendía el porqué de la relación, si parecían tan diferentes, Gary no sabía hablar, solo gritar, Luna era emprendedora,  de voz suave y  determinada, Él era tosco, simplón dudoso de carácter pero machista de renombre.
En cambio el amor que Alejandro sentía era diferente, era paciente  cuidadoso, cuando veían una película el siempre escogía la que pensaba que a ella le gustaría, cuando hablaban de política él no tenía ideología de ese modo podía escuchar a Luna hablando horas de los problemas del comunismo y las condenas del capitalismo, las ganas de besarla eran tantas que cuando se despedían armaba pequeñas conversaciones instantáneas para que se diera una segunda, tercera y cuarta despedida.
Luna ya sospechaba del enamoramiento de Alejandro, pero debido a su impetuosa personalidad de fuerza de lucha necesitaba alguien a su lado con el cual podía tener conflictos, podía entablar una riña hasta gritar y finalmente con la pasión del momento, amarse hasta el amanecer.
Ese martes Alejandro estaba decidido, iría a la casa de Luna y la iba a mirar, iba acercar su mano a su  mentón   y deslizarlo hasta su cabello y le iba a decir, “Quiero enamorarte” en su idea conceptual del mundo Alejandro imaginaba que Luna iba a corresponder a tan simple pero letal frase e iba a caer a sus brazos derretida justo sus labios en los suyos y así compartir un beso fugas que duraría tan poco y el diría “no puedo dejar de besarte, porque no sé qué decir después”  y de un beso pasarían a los votos eternos, a las noches eternas, a las vidas eternas, tendrían hijos, nietos, bisnietos y todos seguirían hablando de ese amor que ellos algún día compartieron.
Eran las 5:30 y el timbre en la casa de Luna sonó, Alejandro ve como Luna se acerca a la ventana y se ve iluminada por la pequeña luz del pórtico y piensa para sí (hagamos un eclipse) ella sale sonriente y lo abraza 1, 2, 3, 4, 5, segundos y lo suelta.
El corazón de Alejandro está a punto de salírse de su pecho, siente como algunos palpitares resuenan en su lengua y apenas puede pronunciar palabra, -Luna vine exclusivamente para decirte algo y comprendo que el momento no sea el apropiado y la circunstancia podría ser otra, pero la insistencia de mi corazón  acalla mi razón– saca unas rosas que se encontraban ocultas como esperando sorprender a alguien y en efecto lo hizo, Luna se encontraba sorprendida  y a la vez ansiosa, ante esta muestra de afecto, Luna se encontró contra la espada y la pared (la espada era  Alejandro) aunque lo encontraba peligrosamente  atractivo e inteligente el corazón de Luna se encontraba en proceso de desintoxicación del brutal Gary.Alejandro tomo su mejía acaricio su cabello  y le dijo a unos cuantos centímetros de su boca             -Quiero Enamorarte- el cuerpo de Luna se estremeció su corazón comenzó a palpitar y sus manos se congelaron, Alejandro la tomo de la cintura y la acerco a él, ella sin nada que decir solamente escucho cuando Alejandro dijo “Quiero perderme en tu cielo” y justo cuando Alejandro está apunto de tocar sus labios, Luna hace un movimiento brusco para separarse de sus brazos y gira el rostro para la izquierda, coloca su mano sobre el pecho de Alejandro para separarlo y dice –No Ale, no creo que sea correcto-  aunque Luna tenía una intriga sublevada por probar sus labios, su luto del corazón se lo impedía,  Alejandro al ver este acto golpea levemente  la pared con su puño y pega su frente a la de ella con los ojos cerrados y dice: -Luna Mi amor, solo un beso y si después no quieres saber de mí, me voy, pero si tú te atreves yo, yo, yo comprenderé por fin la existencia de lo eterno- Luna abrumada por estas palabras esta tentada a sucumbir bajo sus brazos, sus labios, sus palabras, pero con sutileza  le coloca una mano en la mejía y le dice: -hoy no- y cierra la puerta lentamente con la mirada al suelo.
Alejandro golpea la pared con las rosas y ve al suelo, piensa por un rato y dice: -hay esperanza, faltan algunas horas para que “hoy” termine-
Camina hacia el bulevar para regresar a su casa, en eso siente un fuerte empujón en su espalda, es tan fuerte el  golpe que siente que su alma sale de su cuerpo, sus hueso parecen a ver golpeado su piel de tal forma que cae al suelo, no entiende que fue eso, intenta ponerse de pie y es inútil intenta gritar y es en vano, tiene las fuerzas suficientes para voltearse y dirigir su mirada al cielo y no lo encuentra pues mucha gente yace a su alrededor observándolo, uno llama por teléfono y dice: -un herido de bala- otros le preguntan cosas que él no entiende una señora coloca un trapo bajo su cabeza y es entonces cuando se da cuenta al ver su mano, estaba sangrando.  Luna escucha dos fuertes estruendos a las afueras de su casa seguido de un gran alboroto al abrir la puerta de su casa nota una muchedumbre, al dirigirse al grupo de gente que se reunía en la esquina del bulevar observa a Alejandro en un poso de sangre, se pone pálida y cae de rodillas a su lado, pregunta como histérica a todos –¿Qué paso? ¿Qué paso?- nadie le puede responder Alejandro la ve con los ojos desorbitados, le toca el rostro y dice: -hoy ya es mañana- ella suelta lágrimas y responde –Si  mi amor- él se desmaya y lo último que escucha es la sirena de los bomberos y a dos bomberos decir –pierde los signos vitales-

EL hoy termino con el sueño de un mañana, el mañana nunca llego


Te fui a buscar

Fui a buscar lo que no tenia, pero en realidad no iba a ningún lado
era las 9 de la noche
y al día siguiente era mi cumpleaños

escuche una vez que los cumpleaños es un día sin reglas.
hace mucho tiempo ya que había roto todas, y no tenia animo de volverlo hacer.

inicie en la San Juan, supuse que en cada semáforo me daría tiempo para pensar, así que
en el primer semáforo medite sobre la mortalidad
en el segundo sobre los pensamientos inherentes de la mortalidad
y en el tercero se me atravesó un carro entonces solo pensé nada (que burro)

El Periférico tenia mas distancia, mas carros mas carriles, incluso el pavimento solía tener una uniformidad deseada.
decidí pensar en las cosas que necesitaba,
necesitaba hablar
necesitaba un nuevo disco para mi carro
necesitaba un lugar a donde llegar

pensé en llamar a algunas personas, pero al saber que no me responderían  tenia la frase perfecta para abarcarlos al día siguiente
"te recordas cuando estuve contigo cuando me necesitabas, bueno para mi no estuviste"

era una buena frase y la quería decir, no llame por que era mejor no saber si me responderían

termine el Periférico bajare por la Roosvelt las luces de la ciudad me marearon y pare el carro a mitad de la Roosvelt me baje respire profundo vi al rededor y volví a entrar

pase unos 5 minutos para encenderlo, pues no veía el punto si no tenia a donde llegar
todos los destinos se hacían confusos
mi hogar era yo
y mi llegada a nadie la esperaba

finalmente mi motor encendió
mi cabeza no
mis pensamiento sonaban a medias mi corazón palpitaba completo

¿que pasa cuando se necesita lo que no se conoce?

decidí apagar el teléfono y la radio, solamente con el afán de necesitarme
salí de los limites de la ciudad
hasta parecía que dejaba mis problemas atrás
me gusto

acelere

¿a quien se llama cuando se necesita lo que no conozco?

salí de los limites del municipio de Mixco
la carretera cada vez se ponía mas oscura igual que yo

ya llevaba una hora en el camino,
ya llevaba una 26 años vividos

y aun no sabia a donde ir
pero ya quería llegar

lo que conocía, me aburría
lo que sabia, ya no era suficiente
a quien quería, no existía

cuando llegue a San Lucas todo se aclaro, mañana es mañana y hoy se muere

intentando llenar una gigantesca e insensatos  miedos adquiridos en los caminos de los años con brutas y adyacentes encuentros filosóficos de una joven ventiañera

acelere

¿Que quería encontrar para perderme en lo buscado?

hace algunos años justo en esta fecha te encontraba amaneciendo con un abrazo
la segunda vez me llevaste un pastel
la tercera apareciste de madrugada
la cuarta dejaste de existir
la quinta me dejaste un recuerdo
la sexta te extrañe tanto
la séptima es hoy

no sabia cuanto te extrañaba hasta que te fuiste
el día de tu entierro no pensé en esto, solo en que no estabas

ya iba por Antigua, cundo te empece a extrañar, pero no como quien extraña a alguien que se haya ido, sino como a quien le arrancan un pedazo de corazón, mientras se aferra a un recuerdo.

había un retorno y lo tome
te deje de buscar
por que ya no estabas

me dejaste aquí sola
me dejaste aquí sin ti (que es lo mismo)
tu si me hubieras respondido

mañana no vas a estar
ni aquí ni allá te voy a encontrar

entendí por fin
que lo que importaba aquí
no era el destino si no valorar el camino

son 26 ya y muchos caminos recorridos
no he dejado de caminar
no he parado sin ganas de volver a seguir
no he huido de lo que no puedo encontrar

no malinterpretes, regreso por que quiero seguir caminando
solo creo (estoy segura) que mi camino seria mucho mas fácil contigo

Feliz cumpleaños Mayita
Feliz regreso


El Regreso


Ángela una mujer como pocas, creyó que el amor estaba en la conciencia y se transmitía mediante la Inmaculada física de los cuerpos terrestres, su inocencia la colocaba en una rama de la sencillez que era un tanto imperceptible a la maldad, por eso cuando se enamoró no escatimo en sentimientos, lo entrego todo, se quedó sin nada, sufrió todo, se quedó sin lágrimas y esto hubiera sido lo ideal, si tan solo aquel que recibió los constantes mimos de su cuerpo hubiera tenido la idea cuantitativa del valor de sus besos, caricias que ella le daba al por mayor.
Con el tiempo el aprovechado de sus besos, la dejo, Ángela cultivo tanto ese amor, que al dar a luz al pequeño Ángel conoció un puro y genuino sentimiento, dejando muy atrás lo que antes había conocido como amor.
A pesar de su madures, Ángela había sido destinada para ser hermosa, aunque no se lo creía del todo, en ocasiones notaba destellos de su belleza en la sonrisa de su pequeño hijo, debido a la precaria situación económica vivía junto con su tía en una casa en el municipio de Mixco, llegando al conocido Zanjón.
En ese preciso lugar en el espacio de la carretera que no se usaba estaba Edgardo, un vendedor de autos usados, maltrecho, sucio (siempre) honesto eso si, por lo mismo su trabajo no le hacía justicia, amigo de todos conocido de nadie, si usted le llegaba a conocer sabría que su vida no era gran cosa pero que su personalidad intrigaba.
Había notado a Ángela desde hace meses y un día se armó de valor y justo cuando pasaba a su lado le dijo un sencillo  pero tortuoso -Buenas Tardes- ella sonrió (como Ángel en su máximo resplandor) el murió.
Y así consecutivamente los -Buenas tardes- se hacían más frecuentes incluso variados, algunas veces hasta se atrevía hacer una pregunta -Buenas tardes que tal su día  - ella respondía capsulas cortas de información -muy bien gracias- sonreía y seguía su camino.
Mi madre que era su vecina platicaba con Edgardo, ella era el comodín como decía el, constantemente recordándole que le hablara bien de el a Ángela, mi madre le recordaba, que una mujer así no era tan fácil enamorar, además que la responsabilidad era demasiado ella tenía un hijo.
El negando la razón se dedicaba a enamorarla con una simple acción de un saludo, un día decidió incursionar en el materialismo emocional a la cual ella respondió -¿Rosas? dígame una cosa, usted  cree que las rosas son un acto premeditado de aprobación, por lo tanto si se las recibo estaré aceptado una acción de su parte a la mía, lo cual encuentro muy poco productivo-
Decepcionado y acongojado se dijo:  -si no es hoy, será mañana-
Y así pasaron meses, años una década estaba cumpliéndose y el corazón no olvidaba, se habían echo amigos pero nunca enamorados.
Un día mi madre que es hija del sarcasmo le dijo: ¿Conoce usted la magnitud de sus actos? El tiempo no va a retroceder, usted es joven deje ya la ilusoria idea del amor y busque a alguien con quien establecerse.

Edgardo pensó que tenía razón ya había pasado mucho tiempo y el amor no obtenía frutos, así que un día decidió probar suerte en el norte, era el principio de los noventas y la moda (casi obligatoria) consistía en irse de mojado, debido a esta acción tan peligrosa decidió despedirse de todos sus allegados que por cierto eran muchos. De ella no se despidió, asumió que iba a ser extremadamente difícil, así que fue con el pedacito de ella (Ángel) y le dijo:  -Conoces vos que no todo es como uno quiere, o por lo menos no siempre se puede, hoy me voy en busca de algo más, porque aquí no puedo estar, es un agobio ver a tu mama linda como siempre y yo más burro como nunca, me voy angelito pero quiero que sepas que te llevo en el corazón- Angel consternado ante tal información decide apretar la cintura de Edgardo y se alcanza a distinguir una lagrima.
El viernes partía Edgardo estaba todo listo, una pequeña maleta donde llevaba agua, unas botas de campo y camisa de cuadros y no hay gran emoción en esto, ella no lo fue a buscar en medio del camino tampoco corrió a su rescate mucho menos lloro su ausencia, el simplemente se fue como quien se va, el que nunca ha existido.
Ángela al principio noto su ausencia y cuando escucho la noticia de sus vecinos (chismosos) comunicativos se llenó de un sentimiento frio y obscuro un nudo en la garganta se atravesó, nunca había sentido eso desde aquel primer adiós, pero no dijo nada. Inmediatamente le conto a Ángel, como necesitando información, -Si ya se había despedido de mi-. Esa frase perforo el corazón de Ángela, elaborando un irremediable sentimiento de abandono y negligencia ante el corazón enamorado, pero no actuó, nadie esperaba eso de ella, ni una llamada a su enamorado compañero, ni siquiera quiso saber si habría sobrevivido a su peligrosa travesía.
¿Cuantas veces nuestro orgullo se come la razón del corazón?
El año nuevo del 99 el mundo esperaba un cambio rotundo fue un viernes y en la cuadra se esperaba una fiesta, los niños quemando cuetes, las mujeres hirviendo el ponche, las puertas estaban abiertas y el pino regado en toda la cuadra. Ángela no había cambiado nunca su rostro, aunque el brillo aquel que propiciaba Edgardo había desaparecido.
Estaban sentadas las mujeres en una esquina de la calle, con ponche en sus manos y los estrenos en exhibición, los niños jugaban con volcancitos fulminantes en la banqueta y los jóvenes entre ellos Ángel jugaba a ser adulto con tragos de alegría entre sus amigos. En eso observa que Ángel saluda alguien con gusto, lo abraza fuerte, ella ignora el acontecimiento pensando que podría ser un amigo más, continua la plática con sus vecinas, cuando una sombra la cubre     -Hola angelita, usted siempre tan bonita- ella levanta la mirada y se para, su corazón (tiembla) no palpita, el suda como nunca, pero la toma de la mano y le dice: -¿Se recuerda de mí?- ella responde seria ignorando las revoluciones de su corazón -¿Cómo esta Edgardo, que tal su vida? ya está hecho todo un señor-
-Regrese Angelita, me convertí en alguien por usted- ella sonríe y justo cuando va a defender su moral de mujer intachable el,  la interrumpe. -Deje ya su incorruptible ser, no me diga que no me extraño, por favor sea honesta por una vez en su vida y dígame si este es nuestro tiempo- ella ante este impuesto análisis, calla, su silencio solo demostraba el inicio de una vida juntos, una negación a sus ideales conservadores un dogma roto por el escepticismo de sus ojos.
Esta historia no termina con un beso apasionado, usted sabe que con los años estas muestras de amor se hacen cada vez más innecesarias, pero demuestra que cuando el corazón se niega, la razón confirma.
Tiempo después supo finalmente el sabor de sus labios, de su cuerpo de su alma, no vivieron felices para siempre, pero vivieron juntos y eso les era suficiente.

El día que toques a mi puerta

Ella era maestra, estaba acostumbrara a enseñar, el era comerciante, su labor era ganar, entonces el se gano su corazón, ella le enseño amar y juntos escribieron una historia. 
Se enamoraron en cuestión de segundos, siempre se habían visto pero nunca se habían mirado, su primer beso nació con una pregunta:
¿A que saben tus labios? pregunto el
 -no se- respondió ella, 
el dijo: averiguemoslo (besándola)
Junto al atardecer de Monterrico se besaron y al fin comprendieron que sus labios se pertenecían. En el pueblo se admiraban de su amor. El la esperaba a la salida de la escuela sin apresurarla sin molestarse por que su labor exigía tiempo. Ella lo acompañaba al banco y mientras todos hacían la tediosa cola del banco ella acariciaba su espalda con su mano.
En Monterrico todo transcurre mas despacio, por lo tanto se disfrutaban un segundo en varios minutos, eran los ochentas y el era un idealista, cuando corrió la voz que se estaba armando un ejercito insurgente  el quiso un  país mejor para sus hijos (los que había soñado con ella) así de simple, pero difícil se marcho del pueblo en un camión de idealistas empedernidos.
Ella al momento de llegar a la terminal de buses le rogó que no se fuera con un nudo en la garganta, el la beso y dijo: -hago esto por los dos- su corazón se desintegro lentamente mientras sus rodillas caían al suelo y su llanto traspaso la barrera metafísica.
Ella solía pasar por los manglares y recordaba la primera vez que conocieron su cuerpo, el en la selva soñaba sus ojos y los convertía en estrellas.

Pasaron años, el finalmente regreso a tierras de la plena república del amor perdido, la vio cruzar la calle, la alcanzo la tomo del hombro, su corazón latía como ferrocarril descarriado sus manos sudaban, pero sus ojos habían cambiado, ella se negó a perdonar, el se re-enamoro. El le dijo: -vamos- ella dijo: -no- . Entonces el se ahogo en el fondo de una botella por unas semanas pretendiendo olvidar lo inolvidable.

El pueblo estaba mas poblado y rara vez se encontraban, decidieron olvidarse. El conoció a una Rusa subversiva la cual se encariño  pero no amo. Un viernes ella lo vio pasar con la Rusa, tenia ganas de decirle que su mujer era la de muchos, que aun lo amaba que sus labios aun tenían su sabor, que se moría por abrazarlo, que deseaba con ansiedad que sus labios pronunciaran su nombre, que hubiera deseado que intentara un poco mas. Pero con los ojos aligramados acelero el paso y se esfumo con su deseo empaquetado.

El vio su espalda marcharse, y como instinto natural su mano soltó la de su pálida compañera y se reprimió  instantáneamente  -maldita necesidad de necesitar- pensaba cuando se hundía en los grandes ojos azules de la Rusa y de repente aparecía el recuerdo de su amor en las aguas azules de los manglares.
El tiempo paso pero el sentimiento fue irrevocable, ella conoció a un francés  se enamoro (por que una mujer si ama dos veces, pero nunca ama igual) se caso en una boda hermosa carente de magia, el la vio desde lejos, y su virilidad de hombre se esfumo cuando lloraba como niño que había perdido algo, sin ningún consuelo.

La rusa subversiva en todo, reto a la sociedad y nunca quiso contraer nupcias, no creía en el matrimonio y aparentemente tampoco en la fidelidad, pero el no podía evidenciar los claros errores de su compañera por que eso significaba quedarse solo y a su edad eso ya no era una opción.

¿como paso?
¿como se fue al olvido el amor?
¿como nos quedamos con los extranjeros del amor?
pudimos ser tan felices juntos y ahora forzamos la felicidad fingiéndonos enamorados.

Envejecieron. El se volvió escritor ella se fue a las Europas y así pasaron décadas.  En una librería de parís ella encuentra un libro olvidado "Monterrico amor de manglares" lee la primera hoja, se le quiebra la voz y sale presurosa de la librería.

Era un viernes, el escucha alguien tocar a la puerta la abre y encuentra esos ojos memorables envueltos en unos surcos de piel, es ella, su amor, su vida, su todo.
 -disculpe la intromisión y la tardanza a mi llegar, pero creo que sus poemas hablan de mi, si me equivoco discúlpeme-

el dijo: todo este tiempo escribí con la intención de decirte las cosas, sin decirte. Con la esperanza de que mis letras te alcanzaran-

-entonces son para mi- dijo ella

-no has entendido aun, que todo este tiempo te  he esperado-

ella dijo: -el amor no nos tuvo paciencia-

el: -he vivido sin ti parte de  mi vida, ahora solo quiero esperar la muerte tomados de la mano.-

(se abrazan con las uñas clavadas en la espalda para no dejarlo ir)

El se despierta abruptamente la Rusa yace a su lado, observa el techo de la habitación indignado y su cuerpo anciano hace un esfuerzo para levantarse y dirigirse al escritorio se sienta y escribe de titulo:
 "El día que toques a mi puerta"


Manglares Monterrico

(Si esperaba un final feliz, lamento decepcionarlo, las cosas no funcionan así de este lado del blog)