Ella tenia un precio, y el estaba dispuesto a pagarlo, le llevaron tres para que escogiera y no fue necesario, un reflejo de sus ojos fue suficiente para entender que era ella.
Como a un nivel laborar, formalizaron el trato, el estaba nervioso, para ella era uno mas y asi se vendieron y compraron amor, se fingieron caricias y juraron amor por una noche.
El recordaria todo pero mas esa mirada, una mirada hipnotizante, profunda, que le heria el alma y le clavaba el corazón. Ella pregunto (con un acento costaricence)
-por que me mira así, ya se, no me diga, se pregunta por que hago este trabajo verdad?-
el dijo -no solo pienso que es muy hermosa-
ella dijo -gracias-
y siguió dando su servicio, en esta ocasión un poco mas agradecida.
Se termino la noche y junto con ella el placer, el la fue a dejar a la misma esquina donde la recogió, pero no sin antes dar un tímido
-gracias por todo-
ella respondió:
-feliz noche-
En las próximas semanas, quien se iba a imaginar su apego total a los ojos de aquella mujer
los soñaba, los recordaba con una ternura increíble, los pensaba hasta conmoverse y después los negaba por completo, sabiendo que era imposible. a veces cuando su conciencia no lo miraba, pensaba tal vez que podía ser su rescatista y salvarla, después se redimía penando, ella escogió ese camino.
pasaron meses y sus ojos no se borraban...
hasta que entendió por fin que era amor, la intento buscar y volvió a pagar el precio y desde el momento que se subió al carro, pensó para si mismo, esos ojos querían encontrarme.
Entraron al cuarto y como de costumbre ella le vendio la idea con besos y caricias
el pago con amor de verdad.
justo en ese momento en el que se quedaron viendo a los ojos y no evadieron miradas, el dijo:
-vengase con migo-
ella contesto -salgamos por atrás-
Bueno.. muy bueno!
ResponderEliminar