Algunas veces no me queda nada de lo cual me sienta segura, esas veces interminables que solo deseo quedarme en silencio, convenciéndome atreves de imaginarias líneas plateadas que me muestran la realidad de una efusiva gama de colores imaginarios entre mezclados donde se cuela uno que otro olor que me hace dividirme entre lo real. Esas son los primeros indicios de lucidez que se establecen en la mente de un individuo mientras este despierta de su sueño que en este momento se transforma en lucido y quebrantable. Todo empieza, medio abriendo los ojos lentamente para establecer con certeza. El periodo de sueño medio real y fantasioso y la realidad que esta apunto de tocarnos con la mano fría de la madrugada.
Todo esto para decir:
“No me quiero despertar”
Yo tampoco quiero despertar.
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