No fue amor a
primera vista, eso en estos tiempos no existe, no se pretende amar si no se
conoce, ella era una recién llegada al mundo de las montañas verdosas e
imponentes arboles, regios y justos y también de ríos que atraviesan todo el territorio, la mayoría ríos de sangre, Ella estaba bajando del bus verde con rayas
rojas que la había trasladado al altiplano guatemalteco, El era un citadino
esperando la lucha, Ella una mujer esperando la aventura y es precisamente en
este lugar “Los Encuentros” donde sus
ojos se encontraron, EL la vio primero, en su tierra en su verdes amaneceres
una piel blanca desorientada y perdida bajándose de un bus del cual parecía
perder el equilibrio, Ella lo vio a Él en un panorama verdoso, su piel cálida
sus ojos negros sentada en un conjunto de canastos acoplados, se vieron por 5
segundos.
1. ¿?
2. Ella
3. El
4. corazones
acelerados
5. Se ven
A El lo llaman
por su apodo, el voltea (se pierde la exhaustiva acto de encontrarse con un
extraño hasta enamorarse), de pronto existía el mundo de nuevo, Ella era una Sarah con “H” una reportera Española que había escuchado de un amigo la situación del
conflicto armado interno en Guatemala, con su afán de contar la historia jamás
contada, se aventura con su salario de mesera europea a las tierras coloniales
de Guatemala, precisamente a Chimaltenango que según había escuchado en las
aldeas del alrededor existían insurgentes.
Él era un Tono, un
estudiante de ingeniería que cursaba su ultimo año en la San Carlos, atraído
por las ideas sociales se había aventurado ya hace 2 meses a las secciones
olvidadas del altiplano guatemalteco, donde había convivido con el pueblo, con
su gente de primera mano, se había enamorado del corazón humilde de la nación.
El destino o
Dios o la Lucha o la Guerra los habían reunido en el mismo sector en el mismo
lugar, en el mismo sitio del universo y así como pasa a diario, se vieron, se
enamoraron y se olvidaron.
Pasaron los
meses y Él ya no la recodaba, aunque en las noches de frió bajo las estrellas,
en esas amargas lunas además de la lucha lo que lo hacía permanecer, era la idea
de Ella, aunque ya la había olvidado, permanecía en El la idea efímera de una
mujer que representaba la verdad.
En cambio Ella,
como era de esperarse no lo había olvidado, recordaba esa tarde de neblina en
los Encuentros, esa piel color miel, esos ojos negros profundos, su cabello
negro encrespado, recordaba su vida, su alma, su mirada triste que apuntaba al
suelo.
Como buena
periodista no tenía el don de la palabra sino de la pregunta, con su sonrisa
triangular y su voz de tenue y sencilla,
de pregunta en pregunta llego al
objetivo, ¿Quiénes son ellos? Y como siempre o casi siempre existen dos
versiones de la historia, de los otros había escuchado que eran unos rebeldes,
unos muertos de hambre, unos ladrones, violadores o insulsos, y de los de aquí,
había escuchado que eran luchadores, valientes, inteligentes pero insurgentes. Por
lo tanto los fue a buscar con un mapa que
un Viejo Ciego le había hecho, camino detrás de la parroquia justo después del
aguacatal por dos horas, hasta llegar a la montaña y empezó a silbar, repentinamente sintió un metal frió en su cuello, el cual no sabía
que era, pero sospechaba y además temía. Junto con una mano fría en el hombro lentamente
la dirigieron hacia una pequeña fogata donde los troncos daban su último
aliento de vida, -encontré a esta- dijo el hombre de voz fuerte, tirándola a la
par de la fogata, para este entonces casi inexistente, Tono que estaba tirado
leyendo con la media luz de la fogata la
reconoce, se levanta rápidamente y la ve postrada en el suelo, anteponiendo
sus ideales antes que su corazón, le pregunta –Que busca- Ella responde con su característico acento
español, -Pues vale, soy una reportera,
soy de Valladolid, vengo en busca de la verdad- Todos se conservas enigmáticos ante su
afirmación pero Tono ordena que la levanten y le dejen de apuntar, cuando ya
están frente a frente Sarah con “H” lo ve y se percata que es el hombre de sus
recuerdos, el empieza hablar caminando de un lado a otro, ella le observa hasta la sombra.
-Pues señorita
usted tiene que entender que si busca la verdad vino muy lejos, posiblemente la
verdad que usted busca, o sea, me refiero a la verdad que los medios buscan no
la tenemos nosotros, si no los grandes cuarteles del ejército en las afueras de
cada ciudad, pero le voy a decir una cosa, si usted busca la verdad de la
verdad, vino al lugar indicado, pero eso sí, no le va a gustar, es probable que
si la conoce sufrirá toda su vida, es por eso que la verdad la liberara de todo aquello que
conocía antes y encontraba como real. ¿Qué decide? ¿la toma?
Para este
entonces ella al escucharlo ya había guardado de memoria sus palabras, habría
perdido el frío y había encontrado una razón más de observarlo directamente.
A
esto ella solo respondió:
–Le sorprendería
saber que la mayoría de verdades que he conocido me han traído hasta este lugar,
al menos que usted sea un sueño, se ha empezado a convertir en realidad, no me
despierte y dígame todo lo que es-
Esta respuesta
tan poética llego al alma de todos los rebeldes, pues dentro de ese aparente cuerpo fuerte y rudo existe dentro de todo ser rebelde un alama
de poeta.
Y por eso accedieron a las preguntas, la llevaron a una carpa
sucia y harapienta pero bastante acogedora y la verdad empezó a correr como
agua de río a caudaloso, eran las 3 de la mañana y aun no quería amanecer, cada
vez las preguntas se hacían más interesantes, cada vez las respuestas se hacían
más largas, entre más hablara Tono, más preguntaba Sarah.
Todos los
hombres se habían quedado dormidos ya, solo ellos dos se conservaron al sabor
de la mañana.
-Una última pregunta- dijo Ella -¿Cuál es su nombre?-, - No tengo- dijo El, ella soltó una pequeña
carcajada y ahí fue donde de repente su corazón se vulnerabilizo ante esa
sonrisa, estaba enamorado.
Después de esto
la vida se hizo un instante, siguieron hablando, pero ahora era diferente ya no
se hacían preguntas, solo se daban afirmaciones, el día amenazaba con aparecer,
ya se divisaba el sol tras la montaña y
la fogata ya no producía calor. Él le dijo –Sarah quiere conocer que lo más
bello de mi país, aunque ustedes tengan el suyo, el mío es mejor- Él solicito su mano y Ella lo siguió como el olor dulce de una mujer que se impregna en un abrazo.
Se sentaron en
una loma, el suelo tenían pasto seco y amarillento, todo con olor a tierra mojada,
Ella descubrió que Él tan solo tenía 23 años, pero que la vida lo había enseñado a tener 50, Él descubrió que Ella tenía 25 pero la vida le había enseñado a sonreír como de
15.
Justo antes de
que apareciera la luz del sol, El no dijo nada, Ella dijo- tengo frió- y como disparador del contacto físico El, la abrazo, Ella entendió la función sistemática
de sus actos y entonces dijo; -tengo más frío-, El entendió y fue precisamente
en ese momento donde sus labios recorrieron el contorno de sus ojos y los dos
extendieron el cuello para quitarse el frío.
El sol marcaba
las 6 de la mañana, Él le dijo que regresara a su pensión, pues si regresaba más
tarde la podían seguir y su refugio en las montañas quedaría expuesto, los dos
se levantaron rápido y quedaron frente a frente Ella se puso de puntillas y le
dio el último beso dándose rápidamente la vuelta para correr antes de que el sol
la alcanzara, Él la vio cómo se iba en
el alba y aflojo su cuerpo, sonrió tocando el arma que colgaba de su pecho, y
dijo: -adiós Sarah-.
Él no sabía cuándo
iba Ella a regresar y como
no podía esperar que el mundo cambiara sin su ayuda, con esa innata desesperación,
al la siguiente semana la sorprendió en su ventana, Ella emocionada lo dejo entrar,
no se dijeron nada, ya habían hablado antes, dejaron de ser
rebelde y periodista, se convirtieron en dos muchachos descubriendo la
virtud del cuerpo, en el apresurado acto de amarse Ella soltó unas lágrimas y Él
se guardó en sus manos el recuerdo de su cuerpo.
Antes de que
amaneciera Él se tuvo que ir, no sin antes despedirse con un beso y un abrazo
que en sus manos guarda ternura y respeto, Ella pregunto: -¿Cuando vais a
volver?-
Él le respondió -no lo sé, en la
lucha nunca se sabe, pero si tengo que huir o morir, espero que sepas que ni mi
país, ni tus besos abre olvidado.-
Pasaron dos
semanas cuando Ella ya había planeado aventurarse a las montañas para
encontrarlo de nuevo, antes que anochecerá se escucho un tumulto en el pueblo,
las mujeres gritaban los niños corrían llorando, todos tomaron sus cosas y huyeron
a las montañas, Ella tomo a dos niños que lloraban en una esquina y corrió con
todos hacia las montañas, pasaron una noche escondidos y con frío y desde lejos se miraba el
pueblo en llamas, congelados y con solo la luz plateada que brillaba en las
hojas verdes, transcurría la noche, a lo lejos se escuchaban lamentos y tristezas mujeres sollozando, niños gritando, en la madrugada todo fue quedando en silencio, solo unos cuantos
suspiros alertaba la existencia de personas acostadas en los matorrales, cuando
despertó ya eran las 7 de la mañana y desde lejos el pueblo dejo de existir,
una mancha negra y la estructura de la iglesia quedaba, nada más, junto con
algunos hombres valientes Sarah decidió bajar al pueblo y en el camino los hombres lloraban por sus hijos o hijas
que no habían encontrado esa noche.
Cuando estaban a
unos pocos metros del pueblo, los hombres empezaron a caminar más lento,
arrastraban sus pies y sus manos, se las colocaban en sus caras para no llorar,
se tocaban el pecho y se lamentaban, algunos ni llegaron al pueblo, se quedaron
hincados en medio del camino, levantando sus manos como reprochando.
Su curiosidad de periodista la hizo dar unos pasos más alla, encontró a uno de los rebeldes que noches atrás había conocido,
-¿Que ha sucedido aquí?- le pregunto,
-nos encontraron- dijo
-la política del pez señorita, mataron el agua para ahogar el pez-
-¿Y Tono?- pregunto ella,
EL se fue una noche hace dos
semanas antes de esto, vino al pueblo y lo encontraron, lo enterramos en la
loma de la salida del sol, se quito la vida antes de que lo torturaran.-
Sarah
sintió como su corazón se desprendía de sus entrañas, cayo desplomada en el
suelo, pego gritos que venían de su estomago,
se tocaba el cuello y las lagrimas fueron tantas que hicieron surcos en sus
mejías, junto con algunos hombres que lloraban con amargura mientras sus
rostros se deformaban, entendió que está ahora era su lucha.
......
5 meses había
trascurrido, su historia iba a ser
publicada en un diario de España, el párrafo final decía:
Ahora entiendo
que la vida es más que la vida y que la muerte es solo una etapa, Él se fue
pero muchos se quedan, sé que no estoy sola en 4 meses conozco a Libertad,
nacerá en Guatemala.