Cuando la vida se acerca un poco a la muerte es por
tendencia que se reconoce la vida, y quiero encontrarme lejos, donde ni la vida
ni la muerte me encuentren, quiero hacer un viaje en vida, sacarle kilometraje
a la memoria, quitarme mi suelo firme, convertirme en vagabunda del camino,
quiero ir a buscar no sé qué, en no sé dónde y no sé cuándo. (Pero quiero ir)
Solo tengo que ir, solo tengo que salir, nada me detiene, he
comprendido que no puedo con esto, tengo que huir, abrirle una ventana al
mundo, una puerta, salir corriendo descalza hasta donde pueda llegar, alejarme
de todo, de todos, creer de nuevo, recuperarme, recuperar mis letras, mis lágrimas,
mis gritos, mi voz. (Las voy a ir a buscar)
Porque hasta ahora había estado dormida.
Lugar 1. Son las 5 de la mañana y hay que apresurarnos, pues
el sol se está poniendo, y no nos puede alcanzar, llegamos al mirador, todo
está vacío y justo antes de que se ponga el sol hay que gritar lo más que se
pueda, solo para recordar que no importa que tan grande sea tu dolor, siempre
vuelve a salir el sol.
Hay que disfrutar el camino, la soledad de él, enamorarse
de las líneas amarillas interminables,
de los árboles de la ruta que se hacen pinceladas de verde y café por la velocidad del camino, hay que
disfrutar el paisaje, de las imponente montañas, sentirse nada y sentirse todo
al mismo tiempo, relajar un brazo, sacarlo por la ventana, descubrir como el
clima va cambiando, como a veces el cielo se acerca.
Lugar 2. Llegamos a Iximche la ciudad del postclásico maya,
donde una vez se extermino a una población completa de kakchikeles y justo por
eso tomar un tiempo antes de entrar y pensar, que aunque el mundo enseña que
somos mortales, hay algo de inmortalidad en esto, en esto de dejar huella, un
lugar, una señal, conforme vamos entrando hay que recorrer todo, son las 12 del
mediodía, y el sol está a todo, así que hay que empezar a correr, montículo
tras montículo, pirámide tras pirámide, con velocidad, como si alguien nos
estuviera pisando los talones, hasta llegar al final, cuando ya no tengas aire,
cuando estés tan cansado que no aguantes más, al final llegas a un área boscosa
donde se encuentra un precipicio, te das cuenta que a pesar de todo lo que
corriste, no te has bajado de la montaña, y que hay cosas que no se pueden
lograr por lo rápido que vas en la vida, sino
que solo son posibles sabiendo donde estas parado.
De regreso caminaremos con lo que las piernas aguante, pero
no sin antes conocer a la señora que está al frente del parque, vendiendo
libros, por 1 quetzal te dice tu nahual,
hay que entablar una conversación con ella, anticiparnos y darle la
gracias, por permanecer, por seguir, por prevalecer en este mundo, donde su
pueblo fue asesinado.
Seguimos en el camino, vamos al mercado de Tecpan, pide comida
y escucha en silencio, las conversaciones de otros, el mundo tiene mucho que
decir, hay que callar de vez en cuando.
Lugar 3. El camino es largo, lleno de vueltas, a veces hay
que rebasar, tomando riesgos es que se logra vivir o morir, en este camino el
cielo se va sintiendo cada vez más cerca, más preciso, estas a punto de llegar,
son las 6 de la tarde y el mirador del lago de Panajachel brilla en todo su
esplendo, hasta parece que el cielo ha bajado a saludar, hay que esperar ahí
hasta que oscurezca totalmente y darte cuenta que aunque todo se ha tornado
oscuro, eso no significa que el lago ha perdido su belleza, entiende que la
vida es eso, apreciar la belleza en medio de la oscuridad.
Duerme no sin antes ver el reflejo de la luna sobre el lago,
que a pesar que jamás se tocaran, se piensan, se besan en las noches.
(Un amor no deja de existir solo porque es imposible)
Lugar 4. No queda tan lejos, pero tiene su historia, Xela
una ciudad plateada, tan bella que la luna la hizo suya, te hospedas en el
hotel justo a la par del parque, sales a las 9 de la noche y nos dirigimos al
Pasaje Enriquez, hablan hasta que amanezca, no dejes nada sin decir, dilo todo,
no cuentes los segundos en silencio, di lo que nunca pensaste decir, siéntate
en el lugar hasta que empiece amanecer, entonces sal y justo enfrente venden café, siéntate junto a
la ventana, y a las 6 de la mañana observa a todas las personas que usualmente
no observarías, los que madrugan, los que se levantan temprano, observa sus
rostros, su semblante, y abra que entender que ellos conocen el valor del
tiempo, el valor del día. Empieza tú a vivir cada día, como si no alcanzara la
mañana.
Lugar 5. Nos conviene cambiar de clima, un mundo diferente,
vamos a Escuintla al puerto de Monterrico, en el camino nos damos cuenta que
las calles cada vez son más estrechas, el camino aunque no más largo, si más
difícil, empezamos a notar el cambio de clima, como el cielo se empieza a
tornar amarillezco, nos enamoramos del camino de nuevo, llegamos a la playa, y
esta desértica, está atardeciendo, y todo es rojo, entras al agua y ves como
chocan las grandes olas, golpean la arena, la noche está llegando y el sonido
del mar empieza a convertirse en arrullo de sueño, de pronto el sonido de las
olas chocando desaparecen y ya solo se hace parte de ti, toca tu pecho, siente
los latidos de tu corazón, disfruta como todos los sonidos se mezclan cierra
los ojos y descubre que no importa que sonido tan fuerte traiga el mundo o el
universo, jamás se apocara el sonido del latir de tu corazón.
Hay que tenerle miedo al siguiente camino, miedo o respeto,
no importa es lo mismo, es más largo esta vez, un día completo de camino, vemos
como se torna de día a noche en la carretera, el camino que empezó color gris
se a tornaron oscuro igual que el mundo, solo se aprecia una pequeña línea
amarilla que nos guía a nuestro destino, se va haciendo consecutiva, y de
repente un pequeño pueblo, que pareciera no estar habitado nos recuerda que el
ser humano puede llegar a desaparecer, duele ser tan poco, y creerse tanto al
mismo tiempo.
Lugar 6. Llegamos a nuestro destino, y dormimos está
amaneciendo salimos a las 9 de la mañana y nos encontramos con una arena
diferente, una playa diferente, todo es claro, el mundo cambio de color, el sol
está pegando plenamente, empezamos a caminar en el agua, no hay olas, el lugar
se llama Amatique es una bahía el imponente mar esta calmado, camina hasta que
el agua cubra tu cabeza, tienes miedo, si es necesario tenerlo, estas en un
lugar que no conoces, en un ambiente que no es tuyo, no puedes respiran no
tengas miedo, piensa en todo aquello que te atemoriza, piensa en todo aquello
que le temes mientras estas abajo, no salgas hasta que lo termines de hacer,
cuando hayas terminado, camina de regreso con paciencia, no les des la espalda
al océano, piensa que sea lo que sea, si el agua no retrocede hazlo tú, si los
miedos no retroceden muévete tú, el mar se queda, tú te vas.
El camino se está acabando pero aún nos queda un lugar, para
este momento, ya has dejado fuera de tu vida muchas ideas, y lo más importante
muchas personas, quedas tú y el mundo.
Lugar 7. Tikal además del kilometraje de la carretera,
tienes que caminar, en el parque son las 12 del mediodía, y la vida es un poco más
tolerable, la ciudad del clásico maya, el resplandor de la época precolombina,
se encuentra cubierta de árboles en plena selva, justo después de esto es el
hiato maya, todos desaparecen, estas ciudades se abandonan, subimos al templo
IV son las 12:45 del mediodía, estamos
sudando y cansados, esperas un rato, date cuenta, estas en cima del mundo, ¿Por
qué desaparecieron los habitantes de esta ciudad? Tal vez subidos aquí descubrieron
que el mundo no los necesitaba, que desde aquí todo seguía su rumbo sin ellos, estas
llegando al cielo, casi lo puedes tocar, date cuenta como todo avanza sin tu
ayuda, no te cargues tanto, el mundo puede solo, date el tiempo necesario, has
pasado mucho tiempo dormido es hora de despertar.
Cuenta hasta 3 y emite un grito fuerte, y guarda silencio,
escucha como la selva te responde, no te conocen, pero a pesar de que para
ellos no existas, te escuchan y te responden, no existías hasta hoy.
No te quedes abajo siempre, a veces es momento de subir al
cielo, existe en el municipio de peten un muelle olvidado, solo, el agua subió
empieza a caminar, hasta el final, lo que un día estuvo arriba puede ser que
algún día este abajo, no te fíes del lugar, tu solo debes aprender a nadar,
nada alrededor del muelle, no te muevas con la vida que ella se mueva contigo.
Es hora de regresar, el camino ha sido largo, pero
liberador, el corazón se sensibilizo, las palabras han regresado, las letras y
la voz se hicieron presentes.
No sé lo que fui a buscar, pero presiento que ya lo tengo
Conforme va oscureciendo vemos la ciudad, vemos la vida
pasar, todo sigue donde lo dejamos, todo está donde tiene que estar. Pero todo
es diferente ahora.
Yo soy diferente
Se me olvidaron las palabras, antes de lo que era, me
encuentro aquí, soy ahora, siento que ayer fue un mal día, hoy quien sabe.
Hay esperanza.